La búsqueda de los desaparecidos en el Bajo Atrato ya no es solo tarea del Estado. Por primera vez en Colombia, 50 líderes y lideresas han sido certificados como promotores comunitarios de búsqueda, una iniciativa que fortalece el derecho a la verdad desde los territorios.
Estos líderes y lideresas de los municipios de Riosucio, Carmen (Chocó) y Murindó (Antioquia) fueron capacitados como promotores comunitarios de búsqueda de personas dadas por desaparecidas. Esta formación pionera, llamada ¡Proyecto Huellas!, es la primera en su tipo en Colombia y busca que las comunidades participen activamente en la localización de sus familiares dados por desaparecidos.
Además de ser liderazgos activos en sus comunidades, la mayoría son víctimas del conflicto armado, personas que han vivido en carne propia la desaparición de familiares, vecinos o amigos, y que ahora se prepararon para acompañar a otros desde el conocimiento, la empatía, la solidaridad y la organización.
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Una formación con impacto territorial
Durante siete encuentros teórico-prácticos, realizados de forma itinerante, las y los participantes profundizaron en temas como la desaparición forzada, la memoria histórica, la documentación de casos, la recolección de información, la ubicación de posibles sitios de enterramiento y la prospección instructiva. Todo ello con el objetivo de que, desde sus territorios, estos líderes y lideresas puedan acompañar, orientar y agilizar los procesos de búsqueda humanitaria.
La formación fue promovida por la Promoción Claretiana para el Desarrollo Colombia-Venezuela (PROCLADE COLVEN), en articulación con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) y la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Riosucio.
Proclade Colven es una organización de los Misioneros Claretianos que trabaja por el desarrollo humano integral y la justicia social, especialmente en comunidades afectadas por la pobreza, el conflicto armado y la exclusión.
¿Por qué es importante que existan promotores comunitarios de búsqueda?
Contar con personas formadas desde el territorio permite que los procesos de búsqueda no se interrumpan cuando las instituciones se alejan. Las lideresas y líderes comunitarios conocen los caminos, la gente, las memorias y los silencios. Son la pieza clave para que las búsquedas avancen desde la confianza y el arraigo.
Uno de ellos es Sebastián Mena, líder afrodescendiente del Bajo Atrato, quien participó en el proceso y ahora se reconoce como un promotor comunitario de búsqueda. Su testimonio refleja el poder transformador de esta formación:
“Yo pienso que es muy importante que haya líderes y lideresas capacitados en el tema de la desaparición forzada, especialmente en el Bajo Atrato, en municipios como Riosucio, Carmen del Darién, Murindó y otros, porque somos quienes vivimos en el territorio, conocemos su dinámica y podemos movernos con facilidad.”
“Además, trabajamos articuladamente con nuestras organizaciones de base, ya sean afro o indígenas, para acompañar este proceso de búsqueda”.
“Con la información que nos dio esta capacitación podemos aportar a la cartografía de la memoria y llegar directamente a las familias, porque hay confianza. Las familias confían en nosotros.”
“No es lo mismo cuando llega alguien externo que no conoce ni el contexto ni a la gente. A nosotros sí nos cuentan la verdad. Y eso es clave para lograr una búsqueda más acertada, que le devuelva algo de paz y armonía a las familias con su ser querido.”
Sus palabras reflejan una verdad profunda: la búsqueda de los desaparecidos no comienza en un laboratorio, sino en las voces que aún resuenan en los caminos del territorio. Promotores como Sebastián abren puertas que antes permanecían cerradas por el miedo y el olvido.
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¿Quién busca a los desaparecidos?
La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), como parte del Sistema Integral para la Paz, tiene el mandato de buscar a las personas desaparecidas en el marco del conflicto armado colombiano, de manera extrajudicial, humanitaria y con enfoque territorial. Este trabajo se realiza en coordinación con comunidades, organizaciones sociales y familiares de las víctimas, quienes aportan testimonios, información y rutas de búsqueda.
Según la UBPD, en la región del Urabá, el Bajo Atrato y el Darién chocoano, se han reportado 9.236 personas desaparecidas como consecuencia directa del conflicto armado. Solo en el Bajo Atrato, hay 1.080 personas registradas como desaparecidas, lo que refleja la profunda crisis humanitaria que ha vivido esta zona durante décadas.
Promotores de búsqueda: actores clave en la reconstrucción de la verdad
Estos 50 líderes y lideresas ahora cuentan con herramientas para recolectar, verificar y canalizar información sobre casos de desaparición forzada. Como promotores comunitarios de búsqueda, no reemplazan el trabajo forense especializado, pero se convierten en figuras fundamentales para reconstruir la verdad desde lo local, tender puentes con las instituciones y acompañar con humanidad a las familias.
Esta certificación es apenas el comienzo de un proceso que espera seguir creciendo en otros territorios del país. Desde las comunidades, el derecho a la verdad comienza a caminar con paso firme.