Con el corazón lleno de gratitud y emoción, la abogada y nadadora australiana Eva Buzo se despidió de Buenaventura tras completar una travesía sin precedentes: nadar 40 kilómetros desde Juanchaco hasta el corazón del Distrito Especial.
Una hazaña física, sí, pero, sobre todo, un acto profundamente social y simbólico, con el que buscó visibilizar la lucha, la resiliencia y el espíritu de las comunidades de esta región del Pacífico colombiano.
Durante más de 10 horas en aguas abiertas, Eva desafió corrientes, clima y riesgos naturales para enviar un mensaje claro: Buenaventura no está sola y merece ser vista desde su fuerza, su dignidad y su capacidad de transformación.
Su participación fue impulsada por organizaciones sociales locales con el apoyo de Open Society Foundations, en una jornada que unió al territorio alrededor a un símbolo de resistencia pacífica.
“Me llevo al pueblo en el corazón. Prometo volver con acciones y seguir apoyando estos procesos desde donde esté”, expresó Eva al concluir su viaje, dejando una huella imborrable en la ciudad.
Más que un reto deportivo: una acción por la vida y la juventud
Eva Buzo no vino solo como atleta. Lo hizo como mujer, abogada y defensora de derechos humanos.
Durante su estancia, visitó espacios comunitarios y deportivos, donde compartió su experiencia e inspiró a jóvenes bonaverenses a soñar en grande. Incluso expresó su deseo de apoyar y patrocinar a futuras promesas locales de la natación.
Fotos de: Augusto Gallo
“Es importante que los jóvenes de Buenaventura crean en sí mismos, que se fijen grandes metas y trabajen por ellas”, dijo, con la convicción de quien ha cruzado océanos por una causa.
Con 38 años y una trayectoria que incluye travesías épicas como el cruce a nado entre Italia y Albania, Eva eligió Buenaventura por su gente, su historia y su lucha. Y ahora, enamorada del territorio y su cultura, se marcha con la promesa de regresar.
“La comida me encantó, la energía de la gente es maravillosa. Buenaventura tiene todo para ser un referente mundial de esperanza y transformación”, aseguró.
La travesía de Eva fue posible gracias a la articulación de la corporación Elegua, Manglar Fest, Vive Arte y la Diócesis de Buenaventura, con respaldo de la las autoridades marítimas.
Fotos de: Augusto Gallo
Buenaventura, territorio de fuerza
Esta gesta no solo reafirma la capacidad física de una nadadora profesional. Es un llamado colectivo a reconocer el valor de los territorios históricamente marginados y a acompañarlos en su camino hacia la justicia, el desarrollo y la paz.
Eva Buzo ya se fue, pero su mensaje quedó flotando en las aguas del Pacífico y en el corazón de Buenaventura: “Nada es imposible cuando se nada con propósito”.