Pasar al contenido principal
CERRAR

Turismo de naturaleza, alternativa a la ganadería extensiva en Guaviare

La ganadería extensiva es uno de los factores de mayor incidencia en la deforestación de la Amazonía y en fincas del Guaviare se cuenta una vaca por hectárea.
Respira Amazonía RTVC | Alternativas a la ganadería extensiva en Guaviare
Foto cortesía de: UNAL
Rodolfo Rodríguez

La ganadería extensiva es uno de los factores de mayor incidencia en la deforestación de la Amazonía. En fincas del Guaviare se cuenta una vaca por hectárea, así lo asegura Coomfasol, Cooperativa Multiactiva de Familias Solidarias.

Por su parte, la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible señala que 1,2 millones de vacas nuevas fueron ubicadas en tierras apropiadas y deforestadas de la Amazonía.

Por ejemplo, en 8 municipios de los departamentos de Caquetá, Guaviare y Meta, se ha duplicado el número de reses, al pasar de un millón 143 mil en el 2016, a dos millones noventa y un mil a corte del año 2021.

Cambiar la perspectiva frente a la ganadería extensiva

Jairo Sedano es santandereano y llegó al departamento de Guaviare en el año 1985 proveniente de Bogotá. 

"En el 85, llegué a estas tierras después de estar en Bogotá en el servicio militar que acababa de terminar. Decidí venirme a buscar la vida en el Guaviare”, relata.

Tras 15 años de estar en San José del Guaviare tomó la decisión de seguir una tradición de sus padres, dedicarse a la ganadería. En el 2000, de tanto caminar, comenzó a buscar una finca que le ofreció una señora.

“Era un predio potrerizado con poca montaña. A mí me encantaba porque quería montar mi proyecto ganadero. Mi sueño era ser ganadero y siempre como hijo de ganadero santandereano, quería como seguir ese camino en estas tierras”, cuenta Jairo Sedano.


Relacionado: Amazonía colombiana, un tesoro natural con diversidad climática y ecosistémica

Sin embargo, hacia el año 2007 comenzó a cuestionarse sobre le impacto ambiental que genera la ganadería en la naturaleza.

“Siempre hay un pero, un quehacer y comienzan las charlas en el 2008 o 2007 de reservas naturales y conservación, cosa que yo no creía. (...) Todo lo arrancaba, lo destruía, yo quería mi vaca, mi caballo, mi becerro”, subraya.

Mientras estamos sentados bajo la sombra de los árboles, entre dos grandes rocas después de pasar una caverna que hay en uno de los sectores de su finca, nos dice que, al cabo de un tiempo, determinó cambiar el enfoque de su actividad. 

La decisión la tomó luego de escuchar las charlas sobre cuidado del ambiente y de preguntarle a su esposa Piedad Duque, quien le respondió que estaba de acuerdo en cambiar de actividad. 

Entonces dejaron la ganadería para dedicarse a la conservación de la naturaleza. La finca ganadera la convirtió en la Reserva Natural Diamante de las Aguas. Ubicada a 20 minutos de la capital de Guaviare, en la Serranía de la Lindosa, es un lugar pionero en turismo académico y científico. 

“El ganado todo se los harta, se entra y se come los árboles, se come mucha parte de la naturaleza y fuera de eso se defeca en las fuentes hídricas, cuando ingresa a tomar el agua, se orina y eso contamina las aguas que nos estamos consumiendo”, indica Sedano.

Son un poco más de 40 hectáreas, que pasaron de potreros para ganado a una zona de selva con altos árboles, paso de fauna silvestre y gran variedad de especies vegetales.

Hoy Diamante de las Aguas es una promesa de biodiversidad en las Amazonía colombiana y su nombre se debe a la cantidad de agua, caños y ríos que la rodea.


Lee también: Ganadería extensiva, uno de los motores de la deforestación en Colombia

El señor Sedano considera que con el calentamiento global es urgente modificar la extensión ganadera y es necesario un diálogo porque tiene que comenzar a cerrarse las puertas a esta situación.

Anota que hay que evaluar desde la sostenibilidad del ganado, de que consuma una alimentación diferente y que pueda estar en la Amazonía siempre y cuando sosteniblemente manejado.

“De lo contrario, creería que hay que comenzar a pensar con la cabeza y con el corazón, (...) queremos agua o queremos vacas. Hay que regenerar no solo la ganadería, sino a las personas. Esa regeneración hay que ponérsela al humano, que es la cabeza, es el eslabón más alto, es el que está causando el daño porque el ganado se saca solo. El ser humano es el que transforma el territorio, para dejarlo que sea apto solo para esa vaca”, subraya.

Enfatiza a través de cámaras trampas, ubicadas en zona arborizadas de su finca, el termómetro ha registrado temperaturas hasta de 47 grados a la sombra, por lo que es necesario empezar con acciones concretas, que ayuden a cuidar al medio ambiente.

Artículos Player