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Descubren una grabación perdida de Ella Fitzgerald

Ella Fitzgerald se ganó su prestigio gracias a la decisión del productor Norman Granz de hacerla grabar los famosos “songbooks” o cancioneros

Por: Juan Carlos Garay

En 1962 la cantante de jazz Ella Fitzgerald se presentó en concierto en la ciudad de Berlín. Eran buenos tiempos para el jazz, que aún se mantenía como una de las músicas más populares del mundo (el rock le había arrebatado el público juvenil, pero no el adulto) y también para Fitzgerald, quien hasta el momento se había ganado cinco premios Grammy.

Pero aquel concierto de Berlín, que fue un éxito según las crónicas de la época, se grabó en unas cintas magnetofónicas que fueron archivadas y rápidamente olvidadas. Esta historia tiene una segunda parte luego de una larga elipsis, y es que en este 2020 alguien del sello Universal redescubrió esas grabaciones y decidió publicarlas. Veinticuatro años después de su fallecimiento, la “primera dama del jazz” vuelve a ser noticia.

Ella Fitzgerald se ganó su prestigio gracias a la decisión del productor Norman Granz de hacerla grabar los famosos “songbooks” o cancioneros de la tradición musical estadounidense. Para muchos cantantes y oyentes, las versiones de esta dama siguen siendo el modelo de referencia a la hora de interpretar las composiciones de George Gershwin, Irving Berlin o Cole Porter. Incluso sabemos que una de las voces masculinas más importantes del canto lírico, el barítono Dietrich Fischer-Dieskau, admiraba profundamente esas interpretaciones.

Pero a diferencia de los “songbooks”, publicados con la intención de ser documentos de referencia, las presentaciones en concierto de Ella Fitzgerald se permitían el riesgo, la improvisación e incluso el humor. Por eso el redescubrimiento de estas cintas es una de las mejores noticias que el jazz nos ha dado en este año tan complicado.

Para celebrar el hallazgo, el sello Universal publicó el álbum llamado “The Lost Berlin Tapes” (Las cintas perdidas de Berlín) y lanzó un videoclip animado cuyos dibujos recuerdan la obra del pintor Henri Matisse. Vale la pena regocijarse en esa combinación magnífica de música y artes plásticas a la vez que agradecer a Norman Granz, dondequiera que esté, a diecinueve años de su muerte, por haber tenido la precaución de grabar aquel concierto. Escuche aquí esta grabación.

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