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Covid-19: este es el paso a paso de la adquisición y distribución de la vacuna

Para suprimir completamente la pandemia se deberían vacunar alrededor de 35 millones de personas en todo el mundo.

Por: María Camila Sánchez

Desarrollar una vacuna requiere de tiempo: años, tal vez décadas. El coronavirus retó a la comunidad científica para desarrollar una vacuna en un lapso de tiempo récord, y a los gobiernos a garantizar su adquisición y distribución, a pesar de las limitaciones financieras.

Se ha dicho que Colombia tendrá la vacuna a mediados del 2021 y hay quienes estiman que su distribución se daría hasta el 2023 por todas las implicaciones logísticas y económicas que se requieren.

Con el fin de aclarar las condiciones y requisitos que deben cumplir los países para adquirir y distribuir las vacunas, en Contacto Directo hablamos con el doctor Jaime Cardona, médico, biólogo molecular, virólogo y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Virología y del Capítulo Eje Cafetero de la Asociación Colombiana de Infectología.

Paso 1: Desarrollo de la vacuna

Crear una vacuna inicia por los denominados ‘experimentos preclínicos’, que normalmente buscan evaluar la hipótesis en la que una determinada estrategia puede o no generar inmunidad a ciertas enfermedades. Normalmente inician los experimentos en líneas celulares, después en animales y posteriormente se implementa en seres humanos.

“Luego de su implementación en seres humanos, la experimentación de la vacuna pasa a través de diferentes fases que tienen como objetivo evaluar su seguridad, busca comprobar si efectivamente lo encontrado en los experimentos en animales es aplicable en el ser humano y, luego, de forma gradual se va analizando su uso para conocer las características en poblaciones más grandes de humanos y demostrar su efectividad”, explicó Cardona.

Paso 2: Aplicación en los voluntarios

La vacuna empieza a ser probada por un grupo de personas voluntarias. Así como se evidenció esta semana en Colombia, los voluntarios acuden a centros médicos y laboratorios especializados para una toma de muestras de sangre previas y posteriormente la aplicación de la dosis de la vacuna a probar.

“Las personas que participan en los ensayos clínicos entran en un sistema muy riguroso de seguimiento y análisis de las reacciones adversas de las vacunas, y dependiendo del protocolo se siguen unas medidas específicas de análisis”, aseguró el médico.

Estas personas cuentan con un equipo médico que cuida de su integridad y hacen seguimiento continuo de sus síntomas. Dichos profesionales de la salud son expertos de diferentes áreas y analizan, desde sus conocimientos científicos, la seguridad y eficacia de la vacuna. Además, la regulación para este tipo de estudios está definida y en términos de Cardona “es muy estricta”, pues se cumple al pie de la letra las normas bioéticas necesarias.

“Es muy importante para el país el desarrollo de estos estudios, porque la seguridad y la eficacia de una vacuna tiene una variabilidad geográfica que depende de múltiples factores. Participar en estos estudios nos da una ventaja para poder identificar la vacuna que sea más eficaz para nosotros”, dijo.

Paso 3: Distribución

Una vez la vacuna es probada en cientos y miles de personas y se garantiza su seguridad y eficacia, empieza a ser distribuida y vendida por las farmacéuticas que la desarrollaron.

“El estudio de la vacuna no se detiene en esta fase, sino que se hace una caracterización post-marketing de la vacuna para identificar posibles efectos adversos que sean extraños y documentar la eficacia real cuando esté infectada determinada persona”, añadió Cardona.

La vacuna contra el coronavirus está siendo respaldada por diferentes organizaciones filantrópicas acompañadas por la Organización Mundial de la Salud, organismo que ha liderado una iniciativa para que los países en vía de desarrollo tengan un acceso equitativo a esta vacuna. “Estas estrategias son muy importantes porque se anticipa que en esta carrera por alcanzar la vacuna todos querrán ser los primeros en tenerla”.

Según explicó Cardona, dichas estrategias se hacen indispensables para anticiparse a la adquisición de lotes suficientes de las dosis correspondientes y evitar que los países más poderosos, adinerados y con mayor desarrollo tecnológico acaparen su disponibilidad.

“El desarrollo de una vacuna y su posterior adquisición por un país específico es un camino que normalmente toma mucho tiempo, y en el caso del coronavirus se han implementado diferentes medidas a nivel global, una de ellas es liderada por la organización Panamericana de la Salud y empresas públicas y privadas del mundo. Esto garantizará no solo que el desarrollo de la vacuna sea más rápido, sino también que todo el proceso jurídico y regulatorio pueda hacerse de forma más rápida a nivel global con las diferentes agencias destinadas a este fin”.

La OMS implementó una iniciativa denominada ACT Accelerator la cual se define como “una colaboración global innovadora para acelerar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a las pruebas, tratamientos y vacunas de Covid-19”. Cardona indicó que se requiere recaudar cerca de 38 mil millones de dólares para financiar esta estrategia y garantizar el acceso a la vacuna de los países participantes.

Paso 4: Definir la aplicación

“Una vez que tengan las vacunas y la producción de sus dosis, será necesario a nivel de país decidir la estrategia de vacunación que se va a implementar”.

El país deberá definir la meta que quiere alcanzar contemplando la posibilidad de disminuir y controlar completamente, siendo esta “la meta más ambiciosa, y por tanto la que más recursos requeriría para poder alcanzarse”, o sencillamente reducir a niveles manejables la cantidad de personas que desarrollan enfermedad severa.

“En nuestro país se estima que para poder suprimir completamente la pandemia, y controlarla completamente, se deberían vacunar alrededor de 35 millones de personas. Esto tiene unas implicaciones en términos de la cantidad de dosis que se requerirían porque la mayoría de ensayos clínicos en vacunas están considerando que necesitarán al menos dos dosis para lograr la inmunidad necesaria para proteger contra la enfermedad”, afirmó Cardona.

En días pasados el ministro de Salud, Fernando Ruiz, reveló que en Colombia se han priorizado 14,3 millones de personas en situación de riesgo de mortalidad, compuesta por 800 mil trabajadores de la salud, 6’800.000 personas mayores de 60 años y más de 6’300.000 con comorbilidades.

¿Cuánto tiempo tardará?

Depende de muchos factores y no hay una fecha con la que Cardona se comprometa. En el mundo se estima que es necesario vacunar a cerca de 8.000 millones de personas aproximadamente para lograr la mitigación absoluta del contagio del virus, por lo que la primera meta sería llegar al 60 u 80 por ciento de personas.

Con los estimativos y avances actuales, se considera que la capacidad de producción de dosis de vacunas actualmente es de 3,5 mil millones de dosis al año, “es decir que en el momento en que tengamos una vacuna efectiva tardaríamos unos dos años para cubrir las necesidades del mundo, asumiendo que la distribución de las dosis a nivel global va a ser equitativa entre países”.

Y agregó Cardona: “En nuestro país dependerá de qué tanto nos anticipemos a la participación en estos consorcios que nos garanticen adquirir las dosis necesarias, a través de la capacidad de negociación del Gobierno. Las dosis podrán escasear y existen limitaciones desde el punto de vista del funcionamiento de los sistemas de salud para garantizar que esas dosis lleguen a donde deben llegar”.

Por ello, Cardona insistió en que el sistema de salud tendrá que prepararse logísticamente para dar cobertura a la población priorizada. Mientras esto ocurre, “hay que guardar la esperanza de que de esta situación vamos a salir y continuar con el uso de elementos de protección personal apropiados, el lavado de manos y el distanciamiento social”.



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