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Goalball: un deporte paralímpico para la paz y la transformación social en el Meta

Este deporte no solo ha servido para desarrollar el talento de personas con discapacidad visual, sino para ayudarlos a superar sus temores y las heridas de la guerra.
Fotos: cortesía de la Liga de Discapacidad Visual del Meta
Diana Matabajoy

Con gafas opacas bien ajustadas a los ojos, un balón especial que internamente contiene cascabeles que le dan sonido, una cancha delimitada con líneas en relieve que se reconocen por el tacto, las manos preparadas para lanzar la pelota y la mejor actitud en disponer de todo el cuerpo para cubrir sus porterías -donde cada equipo lo conforman tres deportistas- se juega el goalball, el deporte para hombres y mujeres con diferentes grados de discapacidad visual.

Esta disciplina fue creada en 1946 como una forma de rehabilitar a los soldados de la Segunda Guerra Mundial que resultaron heridos, y posteriormente se convirtió en un deporte paralímpico, incluido por primera vez en los Juegos de Toronto (1976). Hoy, es referente de transformación social en el Meta, donde a través de entrenamientos brindados por la Liga de Discapacidad Visual de este departamento, que se realizan en la Villa Olímpica de Villavicencio, alrededor de 30 personas invidentes, mayores de 14 años, lo practican a nivel competitivo; mientras que los de categoría infantil están en un proceso de rehabilitación.

Harold Reina y Yesid Vergara fueron los creadores de la Liga de Discapacidad Visual del Meta en el 2009. Harold, quien es ciego a causa de una retinitis pigmentaria degenerativa, es el presidente; y Yesid, con estudios en entrenamiento para personas con discapacidad, es el técnico. Ambos han trabajado arduamente, primero, para desarrollar el talento deportivo en los jugadores, y segundo, para darse a conocer a nivel nacional, una labor que, como todo inicio, no es fácil y más cuando se requieren recursos.

“Cuando arrancamos con la liga, para entrenar, cogíamos balones de fútbol sala y baloncesto, los forrábamos en bolsas plásticas y reforzábamos con cinta para que generaran ruido, así iniciamos los entrenamientos en goalball”, manifestó Yesid.


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Pasaron los años y esos esfuerzos han ido dando frutos, pues en 2021 fueron tres veces campeones en torneos realizados en Colombia, uno de ellos disputado en agosto, donde con el equipo ‘Lanceros’ ganaron en el Torneo Nacional de Goalball. Además, el profesor Yesid logró ser convocado a técnico de la Selección Colombia de Goalball en un evento internacional, junto a dos deportistas: Carlos Andrés Berrío y Eider Samir Cuéllar, que igualmente fueron convocados para el equipo nacional.

“Es muy bonito viajar con ellos a las diferentes competencias, ver sus rostros al sentir el mar por primera vez o al sentirse campeones, entre muchos otros momentos, que han hecho que esta labor valga la pena”, indicó Yesid.

Por otro lado, el goalball ha sido también un deporte de rehabilitación, una forma de vida, de inclusión, de unidad y de paz. Con la liga, tres jóvenes víctimas del conflicto armado en la región oriental encontraron en el deporte una opción para cumplir sus sueños y entrenar sus habilidades, dejando atrás sus limitaciones y la violencia que un día les tocó. Ellos, que por distintas circunstancias de la vida tuvieron que usar un arma, uno en el paramilitarismo, otro en las extintas Farc y el tercero en el Ejército Nacional, perdieron la vista en medio de la guerra; hoy entrenan juntos, son amigos y buscan crecer deportivamente.

“Los tres son ciegos, hace ya varios años son compañeros en el deporte, unidos sin ningún rencor, sin ningún problema. Es más, ellos son bien amigos la verdad, y pues el deporte los une”, puntualizó Harold.


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En el goalball no hay diferencias sociales, de raza, color o piel, tampoco importa cómo se viste o dónde se vive, y mucho menos cómo perdieron la vista, en el campo de juego todos son un equipo que tienen como propósitos dejar atrás cualquier limitación, disfrutar el juego y seguir entrenando para ser mejores.

Recalcan que el apoyo de las familias es un aliciente fundamental para continuar, por ello hacen un llamado a los padres de familia para que les permitan a sus hijos desarrollar habilidades deportivas y asistir a los entrenamientos, pues muchos por la falta de apoyo no han vuelto a entrenar.

“Hay varios a quienes los papás no los dejan salir, los sobreprotegen mucho y por eso hemos perdido varios deportistas”, concluyó Yesid.

El objetivo de Harold y Yesid es que siga creciendo la Liga de Discapacidad Visual del Meta, brindar más ayuda a sus muchachos y que sus deportistas continúen destacándose. Además, no dudan un minuto en incentivar a las personas con diversidades funcionales a que practiquen una disciplina, pues con su labor día tras día confirman que a través del deporte se transforman vidas y se construye paz.

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