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Desde ansiedad hasta la muerte: el efecto de la pólvora en los animales

El médico veterinario Juan Camilo González Niño nos explica los efectos de la pólvora en los animales.

Por: María Camila Sánchez.

Además de los preocupantes registros de quemados que año a año las autoridades registran durante las fiestas de fin de año por el uso inadecuado de la pólvora, cientos de animales también son víctimas de su manipulación, o mejor, de su denotación. La razón es que los fuertes sonidos de la pólvora afectan sus sistemas nerviosos, provocándoles desde una pérdida de orientación hasta un infarto.

En Contacto Directo el doctor Juan Camilo González Niño, médico veterinario, máster en etología clínica y miembro del Equipo de Protección y Bienestar Animal de la Gobernación de Cundinamarca, aclaró que los sonidos que produce la pólvora afectan a todos los animales debido a que sus capacidades auditivas son mucho más altas que las de los humanos.

“Cuando hablamos de la capacidad o sensibilidad audible de los animales consideramos el espectro o la cantidad de sonidos que pueden percibir los animales. Los seres humanos escuchamos alrededor de 20 mil Hertz, mientras que los animales pueden oír hasta 25 mil o 100 mil Hertz según la especie; esto lo que los hace más vulnerables a los sonidos”, indicó.

De acuerdo con un estudio de la Doctors Louise Thompson, consultora experta en conducta animal, las explosiones de fuegos artificiales pueden emitir sonidos de 150 hasta 190 decibelios, y se estima que a partir de los 65 decibelios inician efectos de estrés en todos los animales. Dados los efectos aturdidores en ellos, American Society for the Prevention of Cruelty to Animals advierte que el 20 por ciento de los casos de animales extraviados se produce por las reacciones a los sonidos de la pólvora y de los truenos durante una tormenta.

Las aves, una de las especies que más se ven afectadas por las explosiones de la pólvora, tienen una sensibilidad auditiva mucho más desarrollada que la de los perros y esto provoca reacciones que atentan con la supervivencia de muchas especies.

“Se ha venido encontrando que muchos de los padres cuando escuchan pólvora huyen de sus nidos, no regresan y dejan morir a los polluelos. Además, la principal muerte de aves en el mundo se produce cuando se estrellan contra los vidrios de los edificios, y si a esto se le suma la pólvora, al huir no pueden revisar qué hay en su entorno y terminan muriendo estrellados. También puede generarse un paro respiratorio y ocasionarles la muerte”, explicó González.

Los dramáticos efectos de la pólvora en los animales

Los efectos en cada especie y en cada animal pueden variar, esto dependerá de las reacciones de sus sistemas nerviosos, hábitos o capacidad auditiva. Sea cual sea la condición, todos los animales sienten una afectación derivada del miedo. Dicha sensación produce la aceleración de diferentes puntos en el cerebro que activan el sistema nervioso autónomo simpático, el cual se encarga de la liberación de la adrenalina.

González expuso que esta es la hormona encargada de producir reacciones dirigidas a huir o pelear y en algunos animales el estímulo puede ser tan alto que podría generar problemas o actitudes como:

  • Episodios de ansiedad
  • Episodios de fobia
  • Episodios de pánico
  • Pérdida de la consciencia o de orientación
  • Paro cardiaco
  • Síndrome de estrés post traumático
  • Fobias a ruidos
  • Estados depresivos
  • Ausencia de apetito y por ende dejar de alimentarse
  • Evitar ir a lugares conocidos

¿Qué hacer para proteger a nuestros animales de compañía?

La principal herramienta para proteger a los animales es evitar el uso de la pólvora, sin embargo, dadas las condiciones y la omisión de las campañas de prevención de las autoridades, González recomendó hacer uso del “efecto cueva”.

“Normalmente ellos buscan esconderse debajo de las camas o de las mesas, incluso usan el baño como lugar de refugio. La idea es conocer bien cuál es el lugar que ellos están buscando y adecuarlo tratando de competir con los sonidos que vienen del exterior”.

Al realizar dicho ejercicio, hay que tener en cuenta tres estímulos: los audibles, los olfativos y los visuales. “Para los estímulos visuales se pueden cerrar las cortinas e intentar hacer algún tipo de actividad como ver televisión o jugar. A nivel olfativo cerrar ventanas y todo acceso que pueda tener el olor de la pólvora, incluso probar algunas esencias y para combatir los ruidos externos, probar con música relajante, ambiental o especial para calmar a perros y gatos”. Incluso recomendó ubicar cobijas o juguetes en los lugares donde se esconden los animales para generarles un espacio de más confianza.

En palabras de González, en los estudios clínicos se debate sobre la compañía del propietario y las caricias a la mascota durante estos episodios de miedo, sin embargo, considera que lo más recomendable es brindarles lo que a ellos les genere más tranquilidad y seguridad.

“Debemos permitirles que estén cerca de nosotros pero evitar manipularlos en exceso porque esto puede generar que el miedo se incremente y el cuadro se agrave”.

Para los animales de producción, que también se ven afectados por la explosión de la pólvora, González recomendó aislarlos en potreros o fincas distantes de las fuentes de ruido y aplicar el aislamiento de los tres estímulos.

¿Y quién cuida de las aves?

Ante la dificultad que representa la protección de las aves por la explosión de la pólvora, González insistió en que la solución está en entender que todas las acciones humanas tienen un efecto en los animales y que la pirotecnia trae graves consecuencias.

“Cada vez aprendemos más de lo que provocan nuestros actos en otras especies, por ende, tenemos que empezar a buscar alternativas, por eso en el mundo han aparecido alternativas de show de luces con drones o luces proyectadas en edificios. Esas son alternativas que no generan tanto daño a la fauna como lo hace la pólvora”.

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