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La ‘seño’ María Eugenia: creadora de una cartilla pedagógica para los niños wayuu

Se trata de Palajatükaa Washajüin Wanüiki, que quiere decir 'nuestro primer escrito'. Contiene 120 páginas e incluye contenidos de educación inicial.
Karen Yiceth Pedroza

Con el fin de preservar las tradiciones y valores culturales del pueblo indígena Wayuu a través de su idioma, el wayuunaiki, la docente María Eugenia Solano, del resguardo de Mayabangloma, ubicado a siete kilómetros del municipio de Fonseca, al sur de La Guajira, se dio a la tarea de escribir y diseñar un libro pedagógico para que niños y niñas wayuu aprenden a leer y escribir.

Se trata de la cartilla Palajatükaa Washajüin Wanüiki, que quiere decir “nuestro primer escrito”.

“Fue pensado en cómo podía aprender un hablante de wayuunaiki el español y también cómo un hablante del español podía aprender a hablar y escribir en wayuunaiki”, manifestó la maestra, explicando que la obra estaba escrita en ambos idiomas.

El libro contiene 120 páginas y fue publicado en el año 2017 por la Organización Indígena de La Guajira Yanama, cuyo significado es “trabajo en equipo”. Incluye contenidos de educación inicial como las vocales, el abecedario y ejercicios de habilidades y destrezas. También cuenta con canciones, historias y leyendas.

“Yo no hablaba español, yo lloraba cuando me tocaba ir a las clases, mis compañeros se burlaban, mis profesores me regañaban y a veces me pegaban por no hablar en su lengua, entonces por miedo a la regla me esforcé mucho para aprender a hablar ese idioma”, relató la docente.

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Esa situación, que como ella vivieron cientos de niños wayuu, la motivó a diseñar ‘el primer escrito’ para facilitar a los pequeños el aprendizaje del idioma español y mantener viva su lengua materna: el wayuunaiki.

María Eugenia Solano es licenciada en etnoeducación de la Universidad de La Guajira y lleva 36 años al servicio de la enseñanza de la niñez indígena. Relata que, por situaciones de la vida, comenzó a educar niños antes de ir a la academia. Con los recuerdos intactos, cuenta que comenzó con un grupo de 52 niños que cursaban desde prescolar hasta segundo de primaria.

Para ella, convertirse en profesional no fue tarea fácil; recuerda cuando tenía nueve años y debía caminar desde las 3:00 de la mañana durante más de tres horas para ir a estudiar al municipio de Fonseca.

“Atravesaba el río Ranchería que no tenía puentes, a veces el agua se llevaba mi uniforme y mis cuadernos; quedaba en ropa interior y así llegaba a la escuela. Regresaba del colegio alrededor de las 5:00 de la tarde y a esa hora desayunaba y almorzaba”, es una de las tantas anécdotas que recordó la ‘seño’ María Eugenia, como es conocida en Mayabangloma.

Sus ganas de superarse, de compartir sus conocimientos y de cumplir las promesas realizadas a sus padres, le dieron la fuerza para seguir preparándose a pesar de las dificultades. Fue así como logró salir adelante, ser profesional y poner al servicio de su comunidad toda la experiencia adquirida.

La forma dinámica de impartir la educación con sus estudiantes de Mayabangloma la han hecho ganarse el cariño y respeto de los niños; labor que para ella se ha convertido en un refugio para superar las heridas de su pasado.

Para que los niños wayuu no pierdan sus costumbres y cultura ancestral y puedan adaptarse a las exigencias de la educación occidental, la etnoeducadora se encuentra trabajando en la consolidación de dos libros escritos por ella, que son la continuación de Palajatükaa Washajüin Wanüiki, “Nuestro primer escrito”, los cuales contienen más enseñanzas sobre la educación propia del pueblo Wayuu.

Es así como María Eugenia Solano se ha convertido para los niños de esta comunidad indígenas en la esperanza de poder seguir preservando su cultura y enriqueciendo su lengua materna, el wayuunaiki.

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