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Amazonía colombiana: entre la vitalidad y los desafíos de sus ríos

Explora la majestuosidad de los ríos en la Amazonía Colombiana y su papel vital en la biodiversidad y las comunidades locales.
Colprensa
Laura Casas

En la inmensidad verde de la Amazonía Colombiana, los ríos son más que solo corrientes de agua; son la vida misma que fluye a través de la selva. Desde el majestuoso Amazonas hasta los ríos menos reconocidos, estos cursos acuáticos son los guardianes de historias, hábitats y medios de vida.

Estos ríos forman una red vital, siendo así los encargados de nutrir la vida salvaje, apoyar a comunidades antiguas y así mismo de mantener sano nuestro planeta, además son testigos de la increíble diversidad de plantas y animales.

Aunque no se puede precisar el número exacto de ríos debido a su diversidad, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) ha cartografiado 214 ríos principales que forman una red esencial. Entre ellos, destacan el Amazonas, Putumayo, Cará Paraná, Igará Paraná, Caguán, Ortegüaza, Ariari, Yarí, Cahuinarí, Caquetá, Apaporis, Negro, Vaupés, Guainía, Inírida, Guayabero, Uva y Guaviare.

El Amazonas, con sus 7.020 kilómetros, lidera como el río más extenso del mundo, albergando una biodiversidad con más de 40 mil especies de plantas, 2 mil tipos de peces y una impresionante variedad de mamíferos, anfibios e insectos.

Según datos preliminares del IGAC, en ciertas zonas, no hay condiciones preocupantes en la calidad del agua, gracias a los altos volúmenes de agua durante la época de lluvias. Sin embargo, se advierte sobre riesgos potenciales de contaminación orgánica, especialmente por coliformes totales, lo que podría afectar el uso del agua para consumo humano.

En algunas áreas, como el bajo río Guaviare, caño Bocón y río Atabapo, se registraron bajos niveles de contaminación por minerales, sólidos suspendidos y fósforo, así como contaminación por coliformes totales. Es crucial destacar que las bajas concentraciones de oxígeno son naturales, y la vida acuática, incluyendo los peces, está adaptada a estas condiciones.

A pesar de su importancia, Luz Marina Mantilla, directora general del Instituto Sinchi, advirtió que los ríos en toda Colombia están en riesgo, enfrentando amenazas como la deforestación en cuencas altas, la expansión de la frontera agrícola y la contaminación derivada de actividades agropecuarias, industriales y domésticas. Además, el cambio climático y las modificaciones en la cobertura del suelo plantean desafíos significativos para la salud de estos cuerpos de agua.

Ahora bien, en cuanto a la salud de los ríos en la biodiversidad acuática de la región, Luz Marina comentó que “la contaminación y la degradación del hábitat o de la calidad del agua genera un impacto alto sobre pequeños arroyos o tramos ubicados cerca de los centros urbanos”.

La modificación de la cobertura natural del bosque de ribera puede afectar los ciclos reproductivos, ya que muchas especies utilizan la vegetación como sustrato para la deposición de huevos, fuente de alimentación o refugio frente a depredadores.

Es así como el Instituto Sinchi ha podido establecer que sustratos como la vegetación inundada y la hojarasca pueden albergar entre el 67,8% y el 68,7% de la riqueza de géneros que se registran al interior de la Colección de Macroinvertebrados Acuáticos de la Amazonia Colombiana (COMAC).

De igual manera, se evidencian cambios en las corrientes de piedemonte, manifestándose en la alteración de la estructura de las comunidades de peces. Notablemente, se registra la ausencia de bagres, cuya presencia se ve afectada tanto por la presencia de vegetación circundante como por las características fisicoquímicas del agua.

En el caso de las microalgas, se observa una disminución en la diversidad y un aumento en la densidad del perifiton en tramos abiertos con escasa cobertura boscosa, a veces causada por procesos de deforestación, y se evidencia contaminación debido a la influencia de asentamientos humanos que no cuentan con sistemas de tratamiento de agua.

Río Amazonas

Y como bien lo resaltó Luz Marina Mantilla, un caso particular de preocupación es el uso de los peces como recurso en las dinámicas socioambientales de la región, generando vulnerabilidad poblacional en ciertas especies. Esto es especialmente relevante para aquellas con una alta demanda en los mercados nacionales, tanto para consumo humano como para la acuariofilia, destacándose la presencia de 17 especies incluidas en el libro rojo de peces de agua dulce de Colombia.

Sin embargo, no todo es negativo porque el Instituto Sinchi ha liderado proyectos para conservar y preservar la salud de los ríos amazónicos; recientemente el Instituto dio inicio a la ejecución del proyecto Ríos Diversos, el cual surge en el marco de la iniciativa “Biodiversidad y Desarrollo por el Putumayo (interfluvio Caquetá – Putumayo)”, que es liderada por la Asociación Nacional de Industriales (ANDI).

Luz Mantilla comentó que “este proyecto busca contribuir y aportar conocimiento sobre la biodiversidad presente en ecosistemas acuáticos ubicados en los drenajes de estos ríos, proporcionando información, datos y apreciaciones que favorezcan la discusión y toma de decisiones en pro de su conservación y manejo”.


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“Igualmente, como parte del acompañamiento a la Corporación CDA en la actualización de la formulación del plan de manejo y ordenación de la cuenca del Río Cuduyarí adelantaron diálogos locales, generando un documento técnico del POMCA enriquecido con recursos de información del estado colombiano, percepciones de las habitantes de la cuenca, un consejo de cuenca conformado”, agregó.

También, han trabajado en el fortalecimiento de colecciones biológicas amazónicas para peces y macroinvertebrados, en pro de organizar y diseminar información taxonómica y biogeográfica sobre recursos de naturaleza acuática.

Por otro lado, cabe resaltar que la extracción de oro por minería artesanal y a pequeña escala ilegal y mal regulada, está relacionada con procesos de deforestación, el aumento en la carga de sedimentos en los ríos y las emisiones de mercurio tanto en la atmósfera como en el agua dulce.

La directora general del Instituto Sinchi dijo que “la contaminación por mercurio en cuerpos de agua disminuye la calidad del líquido y de los recursos acuáticos, que en el caso de los peces son base de la seguridad alimentaria de los ribereños y fuente importante de ingresos monetarios”.


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Los ríos de la Amazonía Colombiana son vínculos entre la naturaleza y las comunidades que dependen de ellos. Aunque enfrentan amenazas crecientes, el compromiso del Instituto Sinchi en proyectos de conservación y monitoreo refleja la esperanza de preservar estos tesoros naturales.

La rica biodiversidad y la red fluvial no solo son parte integral del ecosistema amazónico, sino también del patrimonio global que todos debemos proteger. En la lucha por salvaguardar estos ríos, el llamado es claro: la responsabilidad recae en cada uno de nosotros para garantizar que las aguas que fluyen por la Amazonía sigan siendo fuentes de vida.

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