Colombia es un país que cuenta con un riqueza inmensa en muchos aspectos como, por ejemplo, estar bañada por dos océanos: el Pacífico y el Atlántico, los cuales se caracterizan por su riqueza natural y porque en sus costas podemos encontrar grandes extensiones de manglares, pero ¿por qué son de vital importancia estos ecosistemas?
Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, “El manglar es un ecosistema marino-costero ubicado en los trópicos y subtrópicos del planeta, en el cual la especie fundamental es el mangle".
"Los manglares constituyen un ecosistema irremplazable y único, que alberga a una increíble biodiversidad por lo que se los considera como una de las cinco unidades ecológicas más productivas del mundo, con niveles de productividad primaria que superan la de muchos sistemas agrícolas”, agrega el ministerio.
Alberto Ortíz, geólogo, magister en Ciencias y Geología y experto en zonas costeras de Colombia, explica que “los manglares son ecosistemas típicos de los bordes costeros, aunque también están cerca de ríos, lagos inferiores y planicies costeras. Los manglares generalmente están asociados a un frente arrecifal, es decir, a arrecifes coralinos. Cuando estas zonas arrecifales y de manglares están en óptimas condiciones se mantiene el equilibrio de los dos ecosistemas”.
Igualmente, Ortiz indica que la función de los manglares es proteger la costa del oleaje, y crea una malla natural que permite el paso de sedimentos que se acumulan y generan tierra firme, a medida que se va creando este suelo en las costas la línea de manglares se va desplazando hacia el mar.
Según el experto, la principal afectación a los manglares es debido a la alta contaminación y cantidades anormales de sedimentación generadas por la actividad humana, y estas no pueden ser manejadas por las áreas de manglar de manera natural.
Ortíz, también señala que “la deforestación de zonas de manglares para establecer cultivos y en general las malas prácticas agrícolas son unas de las principales afectaciones a estos ecosistemas desecándolos e impactando su equilibrio natural. Para cuidar estas zonas de manglar es necesario intervenir estas áreas retirando los excesos de sedimentación para que el agua ingrese de manera natural entre las raíces de los mangles y se de un adecuado ciclo de vida de estos particulares bosques”.
De acuerdo con Ortíz, en Colombia un sitio que requiere este tipo de intervención es la Ciénaga Grande de Santa Marta, porque es una zona con exceso de salinidad lo cual genera la disminución en las poblaciones de manglares.
Ortíz resalta que “si se acaban los manglares se afectaría la vida de todo el planeta”, debido a que los manglares son las “sala cunas” de múltiples especies de fauna y flora, que hacen parte de la cadena trófica, por lo tanto si acabamos con los manglares se altera la cadena trófica, y se disminuiría la cantidad de alimento disponible para todos los seres vivos.
Además, de acuerdo con la WWF o Fondo Mundial para la Naturaleza, que es la organización de conservación líder en el mundo, Colombia tiene una diversidad de tipos de bosque de manglar única en el mundo, pues, al tener dos costas, puede darse el lujo de tener simultáneamente bosques de este tipo en áreas extremadamente lluviosas como la mayoría de la región del Pacífico, así como en ecosistemas tan áridos como el desierto de La Guajira.
Colombia es el cuarto país del continente americano con mayor extensión de manglares, con aproximadamente 290.000 hectáreas.
La mayor parte de los manglares se encuentran en el Pacífico, aproximadamente el 80%. Además, el manglar más grande del país está ubicado en la Ciénaga Grande de Santa Marta, cuya extensión es de 23.000 hectáreas.
En total tenemos nueve especies diferentes de este tipo de bosque y los encontramos en los departamentos de: San Andrés y Providencia, Bolívar, Sucre, La Guajira, Magdalena, Atlántico, Córdoba, Antioquia (Urabá), Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño.
Colombia puede considerarse un hotspot, en otras palabras es un área del territorio donde hay una especial concentración de biodiversidad.
Por lo anterior para el cuidado y conservación de los manglares, Ortíz y la WWF sugieren algunas ideas:
Evitar comprar oro, porque la minería para extraerlo no solo desperdicia mucha agua, sino que contamina los ríos que desembocan en el manglar.
Consumir productos pesqueros que provengan de buenas prácticas de comunidades guardianas de los manglares.
Introducir prácticas de sostenibilidad, acompañadas por el estado, por universidades, la academia y corporaciones autónomas regionales.
Uso de manera responsable de los recursos naturales garantizando estos para las generaciones futuras.
Educación ambiental desde un enfoque ecocentrista, promoviendo el conocimiento del entorno y su riqueza natural.
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