Bogotá es sede de la edición 28 de la Conferencia Internacional de Reducción de Daños (HR25), un evento que marca un hito al posicionar al Sur Global como protagonista en la transformación de las políticas de drogas.
La plenaria “Cambios sísmicos: Liderazgo del Sur Global para la paz y justicia en torno a las drogas” destacó la urgencia de adoptar enfoques centrados en la salud pública y los derechos humanos.
La embajadora de Colombia ante las Naciones Unidas en Viena, Laura Gil, enfatizó que la reducción de daños es esencial para salvar vidas y proteger la dignidad de las personas usuarias de drogas.
Recordó que, a pesar de la despenalización del consumo personal hace más de 30 años, en Colombia y otros países del mundo, persisten prácticas policiales punitivas y estigmatización hacia estas poblaciones.
Además, señaló que, aunque en 2023 se inauguró la primera sala de consumo supervisado en el país, aún existen barreras para el acceso a servicios como la distribución de naloxona y el financiamiento a organizaciones comunitarias.
“Cuando le digo que la reducción de daños es una obra colombiana, es porque nosotros éramos la única delegación que estaba autorizada a romper el consenso de Viena en favor de la reducción de daños”, dijo la embajadora.
Así mismo, agregó que “Esa libertad de trabajo que nos da el presidente Petro, diciendo esto es nuestro enfoque, esto es lo que nosotros tenemos y después ustedes me vuelven realidad a eso a nivel internacional, hace toda la diferencia. Yo tuve un margen de maniobra, de apoyo, sabiendo que tenía el apoyo de mi presidente como no lo tenía cualquier otro embajador allá”.
“Y por eso creo yo, por saber que el presidente apoyaba lo que estábamos haciendo y que me daba la libertad para actuar, fuimos los que estamos realmente logrando el cambio allá”, enfatizó la embajadora.
Ahmed Said, activista keniano y miembro de AfricaNPUD, compartió las lecciones aprendidas en África, donde la participación de las personas que usan drogas ha sido clave para diseñar políticas más efectivas y respetuosas de los derechos humanos.
Su intervención resaltó la importancia de incluir a estas comunidades en la formulación e implementación de estrategias de reducción de daños y como el mundo y su país, ve a Colombia como un referente en nuevos enfoques y perspectiva en la lucha frontal contra la cadena criminal del narcotráfico.
La cumbre HR25 también aborda los desafíos globales, como la creciente oposición a las políticas progresistas en materia de drogas en países como Estados Unidos y Canadá. En reuniones paralelas, se discutieron estrategias para contrarrestar estos retrocesos y fortalecer la colaboración internacional en favor de enfoques basados en la evidencia científica y la justicia social.
Con la participación de representantes de gobiernos, sociedad civil y comunidades afectadas, HR25 en Bogotá se consolida como un espacio clave para redefinir las políticas de drogas, promoviendo la salud, los derechos humanos y la equidad desde una perspectiva global y con liderazgo del Sur Global.