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‘Resistir no es aguantar’: una mirada a las violencias contra los pueblos étnicos de Colombia

A partir de varios testimonios, la Comisión de la Verdad recoge las violencias sistemáticas y continuas que han sufrido los pueblos indígenas, afrodescendientes, negros, raizales, palenqueros y rrom durante el conflicto armado.
Informe Final: violencias y daños contra los pueblos étnicos
Foto: Radio Nacional de Colombia
Radio Nacional de Colombia

El tomo titulado ‘Resistir no es aguantar, violencias y daños contra los pueblos étnicos de Colombia’, del Informe Final entregado por la Comisión de la Verdad, relata los hallazgos en torno a la violencia que por generaciones ha afectado a las comunidades, culturas y territorios de los pueblos étnicos en Colombia.

El documento expone, entre otros hallazgos, los siguientes: el trato colonial y el racismo estructural como una de las violencias históricas que han padecido las comunidades étnicas y que se naturalizaron y justificaron en discursos y prácticas por parte de los actores del conflicto armado; la invisibilidad que han sufrido estos pueblos y ha truncado el acceso a sus derechos y el reconocimiento de su realidad; las graves afectaciones a la pervivencia e identidad cultural como pueblos, y por último, la invasión a los territorios y el sometimiento, desplazamiento y exilio de las comunidades. 


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De acuerdo con la Comisión, el Estado colombiano es contradictorio frente a la garantía de los derechos de los pueblos étnicos pues, aunque en la Constitución Política de 1991 estos se reconocen, a su vez, se promueve leyes y políticas que van en contra de la diversidad cultural, su misma existencia y la ausencia de unas condiciones de vida dignas.

Y a pesar de que se ha avanzado en la formulación de políticas y medidas que mencionan el enfoque étnico, en muchos casos no se aplica. La Comisión constata la responsabilidad del Estado colombiano frente a la desprotección de los pueblos étnicos, ya que ha favorecido a las élites económicas y políticas, mientras ha omitido su obligación de proteger a estas comunidades, lo que deriva en la exacerbación de la violencia en su contra.

“El documento destaca que esto sucede “al despojarlos de sus territorios mediante la legislación minera y de explotación de recursos naturales; al desconocer el ejercicio de su autonomía, gobierno propio, objeción cultural y ordenamiento del territorio, y al incumplir con la consulta previa o irrespetar sus decisiones, en especial cuando en un proyecto, actividad o ley ellos identifican riesgos que pueden afectar gravemente su integridad física y cultural”, destaca el documento.


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El testimonio de una sobreviviente indígena del pueblo sikuani, víctima del conflicto, recogido por la Comisión, da cuenta de estas vulneraciones: “El Estado colombiano desde sus orígenes ha venido educando a la sociedad nacional, que nosotros, los pueblos indígenas, somos seres incivilizados, salvajes, atrasados. Se fue gestando en la mente de los llaneros la práctica de la cacería de indígenas, llamada “guahibiadas”, en las cuales mataban, descuartizaban, envenenaban a los indígenas. De esta manera exterminaron muchos pueblos y comunidades, inclusive mi familia”.

Resistir y nunca desistir 

En el tomo étnico se resalta y reconoce, así mismo, la resiliencia y los diferentes procesos de resistencia de las víctimas, autoridades, líderes y organizaciones étnicas frente al conflicto y las múltiples violencias y daños que han padecido estas poblaciones.

“A lo largo del conflicto armado, los pueblos indígenas adoptaron diferentes formas de resistencia y desarrollaron múltiples estrategias para mantener la cultura y proteger el territorio, impedir el despojo y recuperar y titular las tierras. Estas resistencias adquirieron figuras organizativas que defendieran derechos y, en el marco del conflicto armado, encarnaron en la Minga, la Guardia Indígena y en otras acciones de mediación humanitaria”, se lee en el texto.


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El documento señala seis tipos de resistencias a través de las cuales los pueblos étnicos se han manifestado y sobrevivido en medio de la confrontación: 1) las resistencias culturales y territoriales; 2) la resistencia de las mujeres indígenas; 3) el fortalecimiento, el gobierno propio y la autonomía; 4) las resistencias a través de la interlocución, la diplomacia, la mediación de conflictos, la negociación de acuerdos y la construcción de paz; 5) la resistencia armada, y 6) las resistencias jurídicas.

Tal es el caso de la Red Nacional de Mujeres Afrodescendientes de Colombia, que en el informe ‘Voces de las mujeres negras en resistencia’, de la red Kambirí señalan que “las mujeres negras en resistencia hemos hecho frente a la violencia por medio de la organización en colectivos y redes de mujeres organizadas en diferentes sectores: desde organizaciones comunitarias como mujeres desplazadas, víctimas, campesinas, cooperativas, organizaciones juveniles y de adultas mayores”. Y agrega: “Hemos abierto y participado en espacios políticos en pro de la eliminación de la desigualdad histórica para lograr la justicia social prohibida para las mujeres negras en esta sociedad racista y machista”.


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Recomendaciones

La Comisión de la Verdad, frente a los procesos de reparación, memoria y reconocimiento de los pueblos étnicos, recomienda, recomienda, entre otros aspectos, los siguientes:

  • Promover activamente el acceso de los pueblos étnicos a los espacios y oportunidades sociales y económicas relacionados con educación, empleo y demás derechos sociales, como formas para contrarrestar la discriminación, el trato colonial y el racismo estructural.
     
  • Fomentar la convivencia democrática con base en el respeto del pluralismo, la diversidad y la igualdad de dignidades, con acciones como desarrollar campañas pedagógicas y comunicativas dirigidas a promover relaciones sociales y políticas sin estigmatización.
     
  • La creación, por parte del Estado colombiano, de una Comisión Histórica de la Verdad para los pueblos indígenas, negro, afrocolombiano, raizal, palenquero y rrom, que recupere la memoria oral e histórica de los pueblos étnicos.
     
  • Generar e implementar políticas y medidas que contribuyan al goce efectivo de derechos por parte de las mujeres de los pueblos étnicos, quienes se han visto expuestas a múltiples discriminaciones, y cerrar las brechas en términos de acceso a sus derechos.
     
  • Promover la construcción, preservación y apropiación de la memoria del conflicto armado interno con enfoque territorial y diferencial étnico.
     
  • Profundizar en las investigaciones sobre las violencias de género y los delitos sexuales cometidos contra mujeres, hombres y personas LGBTIQ+ de los pueblos étnicos en el marco del conflicto armado. Según el Informe, los altos niveles de invisibilidad del delito contribuyen a la revictimización.
     
  • Promover la protección efectiva de los territorios étnicos y la restauración de su integridad, biodiversidad y resiliencia, con el fin de reparar y resarcir los daños de los que han sido víctimas.

Escucha aquí el séptimo episodio del podcast sobre el Informe Final de la Comisión de la Verdad. En esta oportunidad abordamos el capítulo Resistir no es Aguantar. En él, se recolectaron múltiples testimonios narrados desde el dolor que ha marcado los cuerpos y territorios de los indígenas, afrodescendientes, negros, palenqueros, raizales y comunidades rrom, de Colombia.


 

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