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Diálogo: la visión de un manifestante y un policía en medio de las protestas

Uniformados y manifestantes han expuesto sus diferencias, aun así concuerdan que todos son parte del mismo pueblo y que también, en muchas ocasiones, comparten las mismas luchas.
Foto: LUIS ROBAYO / AFP
Anthony Pacheco

“Desde el primer día que ingresé hasta que me muera, me voy a sentir orgulloso de ser policía”, así enfatizó un uniformado de la Policía Nacional mientras conversaba sobre la difícil situación que enfrenta el país por las manifestaciones, afirma que jamás ha levantado su arma para agredir a un civil y reconoce que se han presentado abusos por parte de la autoridad, pero también por parte de los manifestantes.

“En las redes sociales muestran siempre el instante en que el policía está actuando mal, no estoy justificando porque muchos compañeros a veces lo hacen, por estrés, porque no tienen la capacidad o se les sale la situación de control; sin embargo, nadie entiende la carga de un policía después de haber laborado 16 horas, dormir solo dos y salir a una manifestación, es difícil, eso no lo ven” afirmó.

Durante las marchas que iniciaron el pasado 28 de abril se han reportado cerca de 35 fallecimientos de los cuales en 11 casos se señala a miembros de la institución como presuntos responsables, según el reporte de la Defensoría del Pueblo; aun así, este uniformado resalta que jamás ha recibido la orden de atacar a civiles.

“Desde los altos mandos no nos dicen: usted tiene que salir a matar a alguien. Cada policía puede usar su arma si se siente en peligro, para salvaguardar su integridad, la del equipo o un tercero que necesite ayuda”.

Considera que, en ocasiones, muchos de sus compañeros al emitir una orden a la ciudadanía no son corteses y lo hacen de mala manera, “las órdenes de policía se deben hacer con cortesía, están estipuladas en la ley y por ende los civiles deben acatar la orden de la misma manera, pero la gente apenas ve un policía, se ofusca” acotó.

Él es padre de dos hijos, un niño de 11 y una niña de 8 años, además de tener a cargo a su madre, por eso cuando le gritan en las calles “asesino”, se desmotiva, defiende mucho su trabajo y con la voz algo quebrada por la impotencia, deja claro su inconformismo.

“Yo tengo 16 años en la institución, 16 condecoraciones y 36 felicitaciones en mi hoja de vida, nunca me han investigado por un mal procedimiento, somos muchos los policías buenos que trabajamos por la comunidad, pero ante estas circunstancias la familia a veces prefiere que uno se retire de la institución para no estar inmerso en tantos señalamientos y exponiendo la vida, ellos son los que más sufren porque están pensando que le puede pasar algo a uno o que podemos cometer un error. Como decimos, el policía tiene un pie en la cárcel y un pie en el cementerio”.

La visión de los manifestantes

Olger Pérez es líder social y hace parte de la Asociación por la Unidad Campesina del Catatumbo -ASUNCAT-, para él las manifestaciones son producto del incumplimiento del gobierno a los acuerdos que durante años se viene realizando entre autoridades y la comunidad.

“Yo llevo 35 años de ser un líder social y lo poco que hemos logrado en materia de inversión social en el Catatumbo ha sido a través de la manifestación, el paro y la lucha campesina”, comentó Pérez.

Para él, es el mismo estado quien se ha encargado de crear estos escenarios de violencia entre los mismos colombianos, reconoce que en las instituciones hay gente que ama su profesión, pero en el caso de la policía a veces no entiende el objetivo para el que fue creada.

“Nos decía el comandante de la brigada 30 en un refugio humanitario: es que nuestros hombres los preparamos nosotros para la guerra, para combatir, yo creo que lo que le están metiendo en la cabeza a esos soldados y policías es que ese que está protestando es enemigo, el policía no dispara porque quiere, ¿qué policía va a querer matar a un ser humano?, ellos actúan así porque tiene el permiso de sus superiores”, señala.

Este líder afirma que ha participado en muchas marchas donde no ha hecho presencia la policía y que aquellas finalizan en completa normalidad, de igual manera, considera que la presencia del Escuadrón Móvil Antidisturbios -ESMAD- altera a los manifestantes por la desconfianza que existe hacia la institución.

“En la cabeza de los manifestantes está que ese policía o ese soldado agredió, mató o golpeó a un campesino, a un estudiante, un comandante de la FUDRA (Fuerza de Despliegue Rápido) me decía: ustedes no confían en nosotros, yo le respondí: cómo podemos confiar en ustedes si sentimos que nos ven como enemigos, cómo podemos confiar cuando los uniformados se prestaron para el famoso caso de los falsos positivos”, comentó.

En Colombia cada vez que se convoca a una manifestación o protesta surgen este tipo de hechos en donde autoridad y ciudadanía se enfrentan. Ambas partes manejan cifras. De acuerdo con la ONG Temblores, en los primeros tres días de protestas se reportaron 1.181 casos de violencia policial, 92 víctimas de abuso de la fuerza, 26 víctimas mortales, cuatro víctimas de agresión sexual, 672 detenciones arbitrarias y 12 víctimas de agresiones a los ojos; mientras que las cifras de la Defensoría del Pueblo son de 42 muertos, así como 254 civiles y 457 policías heridos; pero más allá de las cifras más exactas, la preocupación radica en que hay heridos y muertos de ambos lados.

El abogado miembro del Comité Permanente para la Defensa de Derechos Humanos capitulo Norte de Santander, Silvano Calvo, afirma que la reflexión que debe dejar los hechos acontecidos durante las jornadas es el alcance y los límites del derecho a la protesta, manifiesta que “si se va a hacer una manifestación no se debe someter a que se dé un permiso de la alcaldía, que existan límites de horas, espacios y tiempos, eso no lo dice la constitución política de Colombia, es más, tal y como está redactado en la constitución, el derecho a la protesta solo tiene un límite: el de la violencia”.

Según Calvo, si un grupo de personas decide bloquear una vía de manera pacífica como forma de manifestación, ese grupo tiene derecho a estar ahí, así exista cierto sector de la comunidad que no esté de acuerdo con la manifestación, como él mismo lo manifiesta, “así de controversial es el derecho a la protesta”.

Entonces, si por desbloquear la vía las autoridades ordenan el despeje enviando miembros de la fuerza pública, dicha acción se configura como una violación al derecho de las protestas, siempre y cuando esta se esté adelantando de forma pacífica”.

Por otra parte, hay los disturbios que son iniciados por la misma ciudadanía. Según el abogado, acciones como tumbar las estatuas es un acto atentatorio contra un bien público, más allá del debate con respecto a estos monumentos el acto de violencia fue cometido por la ciudadanía. Además, recalca que estos hechos “de manera infortunada e indeseable autoriza el uso de la fuerza a la policía para proteger los bienes de uso público”, pero aclara que “hay que revisar es cómo se hacen ese tipo de intervenciones, cuándo son desproporcionados los usos de la fuerza aun si es necesaria la intervención de la policía”.

Un nuevo panorama

“En los lugares donde se realizaron manifestaciones pacíficas la policía no empleó la fuerza, por eso no se debe generalizar, porque muchas de las personas están saliendo a marchar pacíficamente por lo que les corresponde y nosotros hemos cumplido con nuestro acompañamiento”, afirma el uniformado quien siempre protegió su identidad.

Apoya las manifestaciones porque como él manifiesta, también es pueblo, por eso recalca que ellos no tienen derecho al voto y, por ende, no eligen los representantes políticos, que esa tarea la hacen los civiles, pero son ellos (Los policías) quienes deben cumplir con las leyes y normas de los políticos que eligieron.

“Yo también declaro renta, y la reforma también nos afectaba, pero nosotros no podemos manifestarnos, por eso respeto como muchos otros compañeros el derecho a la protesta, pero sin vandalismo”, finalizó.

Por otra parte, Olger Pérez afirma que “quien más que los campesinos para querer la paz, pero se necesita del cumplimiento de los acuerdos por parte del estado colombiano, nosotros seguiremos marchando de manera pacífica con los estudiantes y con la gente, esperamos que la presencia del ESMAD en las manifestaciones no sea el preámbulo de un caos” concluyó.

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