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Así avanza el proceso de descontaminación del río Bogotá

El río Bogotá es el principal foco de contaminación del río Magdalena. Autoridades avanzan en el proceso con la construcción de PTAR.
Foto: Colprensa
Camila Navarro

A través del proyecto de Adecuación Hidráulica y Recuperación Ambiental del río Bogotá, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca lidera las obras de recuperación hidráulica y las relacionadas con plantas de tratamiento de aguas residuales. Si bien es la encargada principal, el proyecto que busca revitalizar los 375 kilómetros del afluente, tiene más de 66 responsables, entre los que están autoridades nacionales, locales, pero también la ciudadanía.

Según Amaury Rodríguez, director operativo del Fondo de Inversiones Ambientales de la CAR, ““vamos avanzando, cada día logramos mayores espacios, antes era impensable que usted pudiera estar navegando el río, que no percibiera olor, a pesar de que estamos en la cuenca media (…) hoy el olor que percibimos es mínimo y hay presencia de algunas aves. Este no es un proyecto a corto tiempo, es un proyecto que requiere mucho esfuerzo”, puntualizó.

En ese sentido afirman desde la Corporación que actualmente hay 111 kilómetros navegables del río, que es lo máximo que esperaban. En este caso se ha visto un avance, pasando de tener en el 2018, 68 kilómetros a los que hay actualmente. De este total, 42 kilómetros son de la cuenca alta, es decir, la zona desde donde nace el río y que está conformada por 18 de las 47 entidades territoriales que atraviesa; entre los que están Villapinzón, Chocontá y Cucunubá. Los otros 68 kilómetros son de la cuenca media, donde el agua del río se estabiliza a manera de mesa de pimpón y adquiere una menor velocidad; está integrada por Bogotá, Funza y 11 municipios más.

Sobre lo que califican como un avance, Luis Alberto Vanegas, operador de máquina de una de las lanchas que navegan el río, afirma que han visto especies de peces, situación que antes era inviable.

“Se han encontrado peces por los lados de Cota. Hasta ahorita sí se está viendo y ahora están bajando las especies, aves también. El cambio se ha visto, porque antiguamente en la parte de Cota uno no se aguantaba el olor y la textura de agua era muy diferente, ya ves el agua más limpia, ya no se ve tan contaminada, aquí la ves negra y en Cota la ves como cafecita”, dice Vanegas.

Ahora, en acciones más localizadas está el Proyecto de Adecuación Hidráulica y Recuperación Ambiental del río Bogotá liderado por la CAR y por el Fondo para las Inversiones Ambientales en la Cuenca del río Bogotá (FIAB), y previo a la sentencia del Consejo de Estado se encuentra el Convenio 171 de 2007, con dos frentes de trabajo; por un lado, el tratamiento de aguas residuales de las cuencas de los ríos Salitre, Torca y Jaboque en el sitio denominado PTAR Salitre, y por el otro, la adecuación hidráulica del río Bogotá y sus obras complementarias. A continuación, más detalles al respecto.

La PTAR del Salitre

Las obras que se realizan tienen un avance del 95%. Dicha planta de tratamientos de aguas residuales está localizada en la desembocadura del río Juan Amarillo, para captar las aguas residuales del centro y norte de Bogotá, a la altura de la Calle 80, por la Autopista Medellín. El costo inicial del megaproyecto es de 430 millones de dólares, adquiridos a través de un préstamo con el Banco Mundial. Las adecuaciones que se están haciendo a este lugar, que viene funcionando desde hace más de 50 años, son de ampliación y optimización para desinfectar las aguas residuales y para que se logre pasar de tratar 4 metros cúbicos a 7,1 metros cúbicos por segundo, además para que dejen de llegar al menos 450 toneladas mensuales de basuras al río.

En septiembre de este año se iniciaron las pruebas y puesta en marcha del pretratamiento, decantación primaria, tratamiento biológico y decantación secundaria para un caudal medio. La puesta en servicio para la nueva planta sólo se realizará una vez emitidos los certificados de terminación de los Lotes del 2 al 7.

río Bogotá

Sobre lo que ha sido el proceso del megaproyecto, se alcanzó a tener alrededor de 2 mil empleados en la época más significativa y, aunque se espera que la entrada en funcionamiento total de la obra se de en el segundo semestre del 2022, el ingeniero Rodriguez le confirmó a Radio Nacional de Colombia que “dependemos de muchas variables, como pandemia o paros nacionales. Hay fluctuaciones en el tiempo, pero vemos un panorama cercano que sería para finales del próximo año. Continuamos en ese proceso de alistamiento, se acerca más el momento”.

La PTAR Canoas

El segundo megaproyecto es la PTAR Canoas, ubicada en Soacha, Cundinamarca. Esta planta tratará el 70% de las aguas residuales de Bogotá y el 100% las descargas del municipio. La obra tiene dos componentes: la Estación Elevadora de Aguas Residuales de Canoas y la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales PTAR Canoas.

De acuerdo con el informe más reciente de la Contraloría distrital, entregado en agosto, hay un avance del 38 % en la construcción de la estación elevadora y se han invertido cerca de $125.000 millones de los $352.000 millones que están previstos.

Y sobre la PTAR, si bien se estima que se entregará en 2027, desde la CAR expresaron que las obras están atrasadas y que debieron arrancar en el 2019. El ingeniero Rodríguez manifestó que cumplir con este cronograma, “depende de muchas acciones y depende de la rapidez con la que se construya, y ya debería estarse construyendo”.

Por ahora, se cuenta con el diseño de detalle de la Fase II y tratará un caudal medio de 16 m3 /s que beneficiará a más de 7 millones de personas y generará 2.600 empleos durante la etapa de construcción y 86 durante la etapa de operación. Según la EAAB, el proyecto está en proceso de estructuración y se proyecta iniciar la construcción en el 2023, por lo que el próximo año iniciaría proceso de adjudicación.

Las obras de adecuación hidráulica

Con esta parte del proyecto se buscó solucionar principalmente el riesgo de inundaciones como las reportadas en 2011, cuando según el IDEAM, se registró “un valor histórico muy alto” dado que en algunas zonas se elevó el cauce del río hasta los 4.42 metros. Se calcula que se inundaron alrededor de 4.000 mil hectáreas y que directamente se afectaron más de 1.800 personas.

Frente a esta situación y en términos generales, desde la CAR confirmaron que hay un parte de tranquilidad porque se amplió la zona de ronda a 30 metros y ZMPA (Zona de manejo y preservación ambiental) a 230 metros. Además, porque se han retirado más de 8 millones de toneladas de residuos sólidos. En cifras más puntuales, se tiene reporte de 140 metros cúbicos pasando por el río en las inundaciones de la sabana hace 10 años, y en el 2020 el registró aumentó a 165 metros, pero no hubo inundaciones, aunque se alcanzó a reportar alerta naranja en algunos municipios aledaños.

río Bogotá

El parque lineal de la Florida

Este parque tiene una longitud de 69 km y está extendido a lo largo de la cuenca media del río, con un ancho promedio de 15 metros, consta de un sendero peatonal y de una plantación de 85.389 árboles de diferentes portes y especies, y cerca de 65.000 árboles en la cuenca alta. Dicho proyecto fue creado a través de los acuerdos N°.037 de 2018 y N°.009 de 2019, del Consejo Directivo de la Corporación que tiene como objetivo, “la rehabilitación ecológica de los ecosistemas ribereños afectados por la contaminación del río”.

¿Qué viene para el río Bogotá?

Según las cifras y los análisis del equipo humano que trabaja en el proyecto de rehabilitación del río, este se ha venido recuperando. Se amplió a 111 kilómetros la zona navegable, se han removido alrededor de 12 millones de metros cúbicos de sedimentos y basuras en la cuenca media y alta del río Bogotá, pero aún faltan muchos años para cantar victoria.

“Es un proyecto a mediano y largo plazo y va a depender de toda una serie de acciones. Así como lleva muchos años contaminado, va a tomar tiempo, se necesita más que la entrada en operación la planta el Salitre. Hay otras actividades como el control de vertimientos ilegales, el arrojo de escombros, las captaciones ilegales con motobombas, el pastoreo sobre la ronda”, concluye Rodríguez.

En la lista de lo que falta, señala el director operativo, está por ejemplo que la empresa de acueducto controle todas sus aguas, que la Alcaldía de Bogotá disponga de un espacio para llevar el ganado que se decomise en la ronda del río, que se continúe con el saneamiento del el río Arzobispo, que las alcaldías de los 46 municipios que están a orillas del río y el distrito capital cumplan con la creación de PTAR y con vigilancia de otras actividades.

Puntualmente, se está en la contratación para el proyecto Navicar, un proyecto de la dirección de seguimiento de la CAR, con grupo interdisciplinario de alrededor de 15 personas, que con la ayuda de muelles flotantes y botes en el río, buscan detectar de forma inmediata acciones ilegales para sancionar a las personas. Dicho sistema se apoyaría del monitoreo en tiempo real, en 12 nodos con cámaras de seguridad habilitadas desde Soacha hasta Cajicá.

En el escenario más ideal se espera recuperar al menos más de 200 especies de flora como el cucharo, el arrayán, buganviles o especies exóticas como la palma africana; y de fauna, las pinguas, patos, corocoros, alcaravanes, lagartos, colibríes, tortugas, entre otras.

¿Qué debe aportar la comunidad?

Ambientalistas, académicos y autoridades coinciden en que un cambio profundo en la situación del río Bogotá va más allá de la inversión social y los proyectos. Si bien son necesarios y aportan, la cantidad y estado de los desechos es generado por los más de 10 millones de personas que vierten basura y aguas negras. Rodríguez enfatizó en que “la recuperación del río depende de cada uno de nosotros, podemos invertir todos los recursos pero si no existe una apropiación, un sentido de pertenencia, será inútil”

En ese sentido las tareas diarias van desde el lavado de las manos, pasando por el cepillado de los dientes y abordando la disposición de los recursos y la compra de productos. Hay que ser responsables “de que todo lo que está yendo por el sifón, está aportando para la contaminación del río. Hay que ser consumidores selectivos, utilizar productos biodegradables y hacer uso eficiente del agua y la energía”, expresa el director.

Finalmente, describen los expertos que hay una relación entre los ciclos de consumo, la afectación al río Bogotá, al río Magdalena y así sucesivamente hasta desencadenar la crisis climática que ya se reporta en todo el mundo.

Hoy finalizará la Ruta del Magdalena con el especial a las 7:30 de la noche, al que puede conectarse por todos los medios de RTVC.

Si le interesa conocer en detalle cómo está el río Bogotá, puede registrar, enviar reportes o recibirlos en el Observatorio Regional Ambiental y de Desarrollo Sostenible del Río Bogotá (ORARBO)

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