Uno de los ejes temáticos del 35 Festival Internacional de Poesía de Medellín es “Somos naturaleza, el reverdecer de la tierra”. Para abordar este tema, el festival ha invitado a varios poetas de diferentes nacionalidades, activistas medioambientales que trabajan desde sus naciones ancestrales, el campo y los saberes milenarios. Entre ellos, mujeres poetas que hacen parte de etnias como la Embera en Colombia, la Nación Innu de Canadá, la Nación Sami de Noruega y otras.
Radio Nacional de Colombia habló con Nataly Domicó, poeta nacida en Mutatá, Urabá antioqueño y quien pertenece al pueblo Emberá Eyábida. Nataly es poeta, pedagoga, investigadora, ambientalista y escritora, tiene 31 años y nos habla de cómo empezó a acercarse a la poesía:
“Desde pequeña me he inclinado por la sabiduría de los abuelos y siempre me enseñaron sobre plantas y medicina tradicional; en ese proceso me llegaban pensamientos poéticos y la necesidad de escribirle a las plantas, a los árboles, a la naturaleza y, además, en sueños me iba llegando información que decidí empezar a escribir, porque estos mensajes me hablaban de defender y cuidar la naturaleza. Mi primer poema lo escribí entre los 10 y 12 años; era un poema sobre el río; me inspiraba verlo, alimentarme de él; le hacía dibujos y le escribía poemas agradeciéndole”, dijo Nataly Domicó.
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Nataly Domicó es magíster en Educación con énfasis en Pedagogía de la Madre Tierra de la Universidad de Antioquia; su trabajo se ha enfocado en el fortalecimiento organizativo, cultural y territorial de procesos comunitarios. Ha realizado investigaciones académicas sobre la importancia ecológica de los sitios sagrados, la protección territorial y cultural. También se ha desempeñado en el campo internacional, apoyando las agendas políticas de los pueblos indígenas.
“Para seguir este camino me han inspirado otros poetas indígenas de Latinoamérica; tuve la fortuna de poder leer muchos poemas sobre la naturaleza. Creo que uno debe habitar lo que escribe. Para mí, la poesía me ha formado y me ha enseñado a ser una guardiana de la semilla, del cuidado de la tierra. Cuando entiendes con respeto los elementos de la naturaleza, emerge el conocimiento y se convierte en poesía, que es mi manera de manifestar el agradecimiento y el amor por lo que me rodea”, expresa Nataly.
En su comunidad su nombre es “Jainepono”, un nombre que le adjudicó un médico tradicional de su pueblo y su esposa partera.
“Jainepono significa espíritu de la flor sagrada. Este nombre nació después de mi desplazamiento forzado; yo soy del Urabá y allí sufrimos mucho la violencia, tuve que irme al Chocó y, al retornar, me hicieron un trabajo de medicina tradicional en el cual encontraron que ese debería ser mi nombre”: Nataly.
Nataly Domicó hace parte de una comunidad ubicada entre Urabá y Córdoba llamada Emberá Eyábida, los Domicó - Gente de agua en Embera - son protectores de la serranía de Abibe, protectores de los ríos. Su poesía se inspira en la sabiduría de las mujeres de su comunidad, los conocimientos ancestrales, el cuidado de la naturaleza y la paz. Dentro de sus publicaciones destacadas se encuentran: “Los espíritus no mueren”, del libro Recuerdo mi origen: Una mirada a la Comisión de la Verdad de Colombia. Aprendizajes, reflexiones y siete desafíos contemporáneos”.

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Un fragmento de su poesía Los espíritus no mueren:
El tiempo fue testigo de las tierras que recuperamos.
El fluir de la vida fue dando espacio para el renacer,
en ella la germinación de un ciclo fue despertando.
La selva nunca apagó sus colores,
en silencio observó las injusticias que vivimos como pueblos,
ella resguardó nuestra esperanza,
ella supo del retoño,
de los hijos por nacer,
de las sonrisas que volverían a despertarse,
de los caminos que faltaban por recorrer.