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La Radio Nacional de Colombia y su propósito de unir a la nación

En 84 años de historia, la Radio Nacional de Colombia ha acompañado a los colombianos con música, cultura, educación e información.
Ana María Lara

En 1940 el mundo está convulsionado. Es la Segunda Guerra Mundial. Colombia no es ajena a esta cruenta confrontación, a la vez, desde el Estado se anhela construir un proyecto modernizante que de una vez por todas traiga soluciones a los tantos problemas de desarrollo. En ese contexto nace la Radio Nacional de Colombia.

La guerra ha empezado a tomar impulso y es imparable. La relación de fuerzas no deja ver un final próximo. Los nazis avanzan victoriosos sobre diversos territorios del viejo continente, mientras Charles de Gaulle, desde los micrófonos de las BBC llama a los franceses a la resistencia. Utilizada por ambos bandos, la radio ha dado muestras de ser un poderoso medio para llamar a la confrontación a la acción.

A América Latina llegaban los reflejos de esta guerra. La prensa presentaba diariamente los correspondientes avances, había temor por la expansión de la conflagración. Los distintos gobiernos de la región fueron tomando una posición frente al conflicto y sus dos bloques. En Colombia, el presidente Eduardo Santos promovió una política para acoger tanto a refugiados que venían de la España que acababa de vivir una guerra civil, como a ciudadanos perseguidos por el totalitarismo nazi. 

Al mismo tiempo, Santos impulsó la fundación de un conjunto de instituciones para darle sustento a un republicanismo abierto a las ideas democráticas, entre ellas la Radio Nacional de Colombia, el Instituto Caro y Cuervo y el Instituto Etnológico Nacional.

En sus inicios, la Radio Nacional de Colombia estuvo adscrita al Ministerio de Educación. Su primer director fue el poeta y diplomático Rafael Guizado. Las instalaciones estaban ubicadas en un pequeño edificio en la Transversal 17 No. 25-65 en Bogotá; allí había dos salones para conjuntos orquestales y corales y un estudio para música de cámara y conferencias. La nómina apenas constaba de unos 10 empleados y unos cuantos colaboradores. Desde entonces y hasta los años noventa del siglo XX emitió solamente de día. 

En un comienzo su programación estuvo orientada a promover discursos civilizatorios. La higiene y la cultura abordada como un código de élites eran temas transversales a la mayoría de conferencias que se emitían. Así mismo, la música clásica y la música del altiplano colombiano llenaban amplias franjas horarias. Los realizadores de los programas fueron notables intelectuales colombianos y algunos extranjeros. Hasta el año 2004, cuando nació RTVC Sistema de Medios Públicos fue habitual que instituciones del Estado tuvieran un espacio para divulgar sus acciones y planes.

Para llegar a ser una radio “nacional” la emisora ha tenido que recorrer un largo camino. Los primeros transmisores tenían una potencia insuficiente. El cubrimiento que tuvo la emisora en su primera década apenas bastaba para que se escuchara en la capital y sus alrededores. Las dimensiones territoriales de nuestro país exigían más tecnología. Fue necesario esperar al periodo del gobierno del general Rojas Pinilla (1953-1957) y luego al de Alberto Lleras Camargo (1958-1962) para empezar a considerar que esta sería en la práctica una emisora de cobertura nacional. 

En los años setenta logró implementarse el sistema de frecuencia modulada (FM) y apenas a mediados de los ochenta se inauguraron las estaciones en Leticia y San Andrés; así se conquistaban las fronteras. Sin duda, el sueño de unir a la nación, tan presente en el discurso inaugural de Eduardo Santos necesitó tiempo, recursos y esfuerzos además de una adaptación permanente a la cambiante realidad del país. 


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A partir del año 1974, el bachillerato por radio atrajo una mayor audiencia. El protagonismo de la Radio Nacional en este programa educativo fue central. “Lo nacional” empezó a adquirir otro matiz , pues esa audiencia pertenecía a los sectores populares que probablemente habían sido más asiduos de emisoras privadas y que con la oferta de una educación avalada por el Ministerio de Educación accedían a una idea de Estado más presente e incluso útil. Con la labor de la emisora, el título de bachiller fue un logro para muchos colombianos.

Desde los años setenta, la Radio Nacional empezó a hacer un cubrimiento de los festivales de música que se organizan en Colombia. Con ello la emisora selló su compromiso con lo nacional pasando de transmitir prioritariamente música clásica y del altiplano a reconocer muchos otros ritmos y regiones. Este es un elemento prioritario en la agenda anual, a la vez que es uno de los espacios más propicios para la divulgación y el reconocimiento de músicas y artistas que provienen de distintos puntos de la geografía de nuestro país. Con el cubrimiento de festivales, la Radio Nacional dio los primeros pasos para llegar a ser lo que hoy representa para muchos artistas  oyentes: una caja de resonancia de sonidos colombianos.

Lejos de ser una voz oficial, la Radio Nacional de Colombia es una emisora pública que reconoce las necesidades de la gente que habita el país, así como su diversidad y acentos. Lo nacional implica el reconocimiento de lo que somos y queremos construir, en medio de la diversidad y haciendo memoria. 
El presente, tan promisorio para la paz en Colombia, cuenta en la Radio Nacional con un equipo humano que se desenvuelve ejerciendo un periodismo rico y consciente de las necesidades informativas que tiene país. La convergencia de múltiples plataformas permite que el sistema informativo de la Radio Nacional sea cada vez más poderoso y completo, de una interacción amplia y un acceso sin límites. Además la articulación con las emisoras de paz es la oportunidad y garantía para estar presentes y servir a las comunidades que han vivido el conflicto. Así, a sus 84 años, la Radio Nacional sigue creciendo y trabajando por unir a la Nación. 

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