De acuerdo a las estimaciones mundiales y nacionales, por cada persona diagnosticada con VIH hay otra que vive con el virus y no lo sabe. Esta situación genera diagnósticos tardíos e inicios inoportunos de la atención médica y el tratamiento, convirtiéndose en una de las principales causas de mortalidad por Sida, situación que no debería presentarse, puesto que en la actualidad vivir con VIH se considera una condición crónica, no curable, pero sí tratable con una alta tasa de efectividad.
En Bogotá, la mayor parte de la población afectada por el VIH son personas jóvenes entre 15 y 35 años que aportan el 60% del total de casos. Se ha identificado que cada vez las mujeres aportan más casos a la epidemia; mientras en los años 90 representaban el 9% de los casos, en los últimos tres años representaron el 15%.
Las localidades con mayor proporción de notificación por cada 100 mil habitantes son: Chapinero (31,5), Santa Fe (27,3), Candelaria (24,8) y Teusaquillo (21,5).
Desde 1985 a 2013 (corte septiembre) se han confirmado 23.227 casos de VIH en Bogotá. Sólo en el 2013 se registraron 1258 casos, lo que traduce un 8% más de casos confirmados respecto al 2012.
Bogotá notifica el 40% de los casos en Colombia, sin embargo la proporción de notificación por 100.000 habitantes indica que Bogotá se ubica en el séptimo lugar en el país. En los primeros lugares se encuentran Barranquilla y Cartagena como distritos, Quindío, Valle y Risaralda como departamentos.
Bogotá está dentro de los 10 entes territoriales con menor mortalidad según los datos oficiales del DANE para 2.010 y 2.011. La mortalidad en el país está encabezada por Quindío, Meta, Risaralda y Amazonas. El puesto que ocupa Bogotá se explica en una mayor oferta de instituciones de salud especializadas en VIH, así como la mayor oferta para atención a poblaciones de mayor vulnerabilidad ante el VIH, tanto para el diagnóstico como para el manejo médico especializado.
Se ha logrado identificar que la principal causa por la que las personas no acceden al diagnóstico, son las múltiples barreras administrativas, la poca disponibilidad de profesionales entrenados y la negación del derecho a la prueba para VIH por parte de las EPS. El Hospital Simón Bolívar cuenta hoy con el programa más grande de la red pública para la prestación de servicios a “Personas Viviendo con VIH , no obstante dicho programa está al borde del cierre porque las EPS le adeudan al hospital más de 20 mil millones de pesos.