Expedición arqueológica en San Andrés revela pistas de antiguos corsarios
Con ocasión de la Expedición Seaflower Wise, investigadores se hicieron a la mar con el fin de encontrar posibles maravillas arqueológicas escondidas bajo la superficie. Creencias, relatos y grandes descubrimientos hacen parte de lo hallado.
Un equipo interdisciplinar compuesto de numerosos profesionales tomó la bandera identidad isleña y decidió explorar el lecho marino; alimentados por los comentarios de lugareños que indicaban historias de corsarios y grandes tesoros, dieron el primer paso.
Tanques y computador de buceo, decámetros, brújulas, caretas, aletas y lastres fueron algunas de las herramientas que facilitaron las inmersiones en las aguas azules para poder realizar las investigaciones que, como una aguja en un pajar, representaban un gran reto para los científicos porque, desde luego, encontrar un objeto en la inmensidad del mar es un desafío.
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Los buceos fueron acompañados por la sabiduría de pescadores locales que, con su experiencia, fueron marcando los tiempos, sitios y mejores formas para enfrentarse al océano y examinarlo a profundidad. Así pues, se decidió sumergirse en una zona intermedia entre 'Punto Paddi' y 'Punta Evans'. Se cuenta que este espacio era estratégico debido a que, en el pasado, era el punto de embarque de la isla, favorecido por sus aguas tranquilas y profundidad; por eso se dice que era resguardado por un antiguo fuerte donde actualmente se localiza la antena del radar.
El periplo
Luego de varias horas de búsqueda y dedicación, fue posible identificar un objeto llamativo que cumplía con algunas de las características descritas por los vecinos: una bala de cañón. Después de un análisis detallado que incluyó fotografías, vídeos y marcación, se confirmó, en primera instancia, su autenticidad, por lo que ahora sigue un proceso de estudio para tratar de determinar la coyuntura histórica a la que pertenece y, también, de qué país provendría; es preciso recordar que en el Archipiélago hicieron presencia ingleses, españoles, neerlandeses, franceses, entre otros colonos.
Una de las personas que encabezó esta actividad fue Carlos Reina, Coordinador de Patrimonio del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, quien destacó la importancia de estos hallazgos para San Andrés y todo el país: “Hicimos una serie de exploraciones para la identificación del patrimonio cultural sumergido, que son todos aquellos bienes o evidencias de actividad humana que se encuentran bajo el agua”.
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Por otra parte, otra de las expertas que se sumó a estos ejercicios fue Sisley Chow, antropóloga y arqueóloga, quien hizo referencia a que esto puede ser el inicio para dar con muchos más objetos ocultos.
“Logramos encontrar una bala de cañón; la idea con esto es hacerle un registro para dar con su origen. Esto nos da indicios de que hay un potencial de investigación que podemos seguir impulsando”, acotó Chow.