Pasar al contenido principal
CERRAR

Parteras y Parteros del Chocó: saberes para asistir el milagro de la vida

En el Encuentro de Parteras y Parteros del Chocó se fortalecen los conocimientos de esta tradicional profesión.

Por: Norma Londoño, equipo Radio Nacional Chocó

La labor de la partería es una tradición que pervive en la cultura de muchos pueblos de todo el mundo. En el Chocó, la Red Interétnica de Parteras y Parteros se ha dedicado desde su creación a acompañar, guiar y formar a esas mujeres y hombres que desempeñan este oficio de forma tradicional, a partir de las enseñanzas de sus abuelas y abuelos.

Hace trece años surgió el Encuentro de Parteras y Parteros del Chocó a raíz de la necesidad de fortalecer los conocimientos de los asistentes del milagro de la vida, esos hombres y mujeres que con su sabiduría natural han recibido en sus manos a la mayoría de los bebés nacidos en el departamento.

Este año, del 31 de octubre al 4 de noviembre, se llevó a cabo el XIII Encuentro de Parteros y Parteras del Chocó y el Primer Congreso Internacional Parto Intercultural e Intercambio de Saberes, realizado en las afueras de Quibdó, cerca al corregimiento de Samurindó, en la vía al municipio de Atrato.

A esos lugares donde no hay un médico a la mano, en los rincones más remotos del Chocó donde no hay vías de acceso, donde no hay hospitales, ni centros de salud, donde el olvido es el único presente, ha nacido alguien gracias a la ayuda brindada por una partera o un partero.

Foto: bancodecontenidos.mincultura.gov.co

Francisca Córdoba, más conocida en la región del San Juan como “Pacha Pasmo”, mujer cuya apariencia no revela sus poco más de 50 años, dedicada a la partería desde hace 32, y quien ha recibido cerca de 7.000 bebés, insiste en que su profesión debe ser capacitada para saber qué hacer en los momentos difíciles.

“A pesar de que hay médicos, enfermeras y profesionales de la salud, la labor de las parteras es muy importante, porque nosotras llegamos a lugares donde no llega nadie más, por eso debemos estar capacitadas”, señaló.

Francisca asiste todos los años sin falta al Encuentro de Parteras y Parteros, pues para ella la partería es algo que hace de corazón, es su pasión, lo que ama hacer en la vida. Aunque obtuvo formación como enfermera, por recomendación de un médico, ella hasta hoy se sigue identificando como Partera.

Su carrera en este oficio comenzó desde niña en su natal Bagadó, donde aprendió de su abuela. Francisca acompañaba a su abuela a atender los partos de su comunidad, hasta que un día su abuela la instó a iniciar. “Hágale mija, úntese, que untándose es que se aprende” le dijo a la pequeña Francisca, para quien presenciar esos momentos era algo que le hacía latir con fuerza el corazón.

Ya en la juventud, Francisca se trasladó al municipio de Istmina y allí, tuvo la fortuna de encontrar otro mentor; su suegro, que también era partero. Así fue como Francisca supo que se dedicaría toda la vida a esta labor.

“Ahora recibo los hijos de las mamitas que yo recibí; primero las recibí a ellas y ahora recibo a sus hijos” dice Francisca en un tono lleno de alegría y profundo orgullo por esta profesión.

La Red Inter-Étnica de Parteras y Parteros del Departamento del Chocó es una organización sin ánimo de lucro que busca la integración, formación y asistencia técnica de la partería, con el fin de promover el desarrollo integral de las mujeres y los hombres que ejercen de manera voluntaria este oficio en el departamento del Chocó, mediante acciones centradas en la salud, la educación, y el acompañamiento integral.

En las comunidades las parteras y los parteros son guías y líderes, por ello la red se preocupa por brindarles herramientas para que ejerzan su actividad de forma responsable y siempre con el acompañamiento de los profesionales de la salud. De ahí surgió la iniciativa de propiciar un espacio de encuentro, formación y retroalimentación de prácticas para el fortalecimiento de su labor.

Desde el año 2010, se comenzaron a realizar los encuentros de parteras y parteros, un proceso que comenzó de manera autogestionada, a partir de la iniciativa y compromiso de Ledy Manuela Mosquera Moreno, partera tradicional, quien lleva más de 20 años dedicada al trabajo comunitario en este campo, y quien actualmente es la directora de la Red.

En su XIII versión, el Encuentro de Parteros y Parteras sigue siendo un escenario construido a base de esfuerzos colectivos para el reconocimiento de los aportes de esta tarea en la conservación de la cultura y en la protección de las familias del Chocó, que en el 2017 fue declarada Patrimonio Cultural por parte del Ministerio de Cultura.

Foto: Norma Londoño

“Lo que ahora más nos interesa es capacitar a las parteras y los parteros porque con su trabajo pueden contribuir a reducir los índices de mortalidad, que son tan altos en el Chocó. No es que las muertes sean causadas por las parteras y los parteros, al contrario, es que si están bien capacitados, ellas y ellos son fundamentales para contrarrestar ese problema, por eso nos esforzamos en hacer los encuentros y hacemos mucho énfasis en lograr que vengan y que inviten a sus compañeras, para que se sigan capacitando” afirma Ledy Manuela Mosquera, quien también es la coordinadora general del encuentro.

El Chocó es uno de los departamentos que más casos de mortalidad materno - perinatal aporta a la nación; el año 2017 terminó con 18 casos de mortalidad materna y 110 casos de mortalidad perinatal. Al finalizar el tercer trimestre del año 2018, se presentaron 5 muertes maternas y 97 casos de mortalidad perinatal, según datos del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública, del Instituto Nacional de Salud; cifras verdaderamente preocupantes y que obligan a tomar medidas, de allí la importancia de generar estos espacios de articulación, para generar estrategias que permitan disminuir estos índices.

De las 880 personas que actualmente son integrantes de la red, asistieron a esta versión XIII del encuentro, cerca de 150 parteras y parteros del Chocó, a quienes se sumaron parteras de Timbiquí, Bogotá, Medellín y Valle, en el ámbito nacional, a los que se sumaron parteras provenientes de otros países como Dinamarca, España y Estados Unidos.

Rosmilda Quiñones, oriunda de Buenaventura, integrante de la Asociación de Parteras del Pacífico (Asoparupa) y líder gestora de la Red Nacional de Parteras, quien ha heredado su rol en la cabeza de la Asociación y de la Red Nacional de Parteras a su hija Liseth Quiñones, acompañó el evento en su último día de trabajo este lunes 4 de noviembre.

“La partería es un trabajo que no va a terminar, esto es un trabajo para toda la vida y de toda la vida, por eso estos eventos nos los disfrutamos y nos los gozamos. Aquí sembramos la semilla para que la nueva generación pueda continuar. Debemos demostrarle al mundo que sí podemos, que podemos conformar, fortalecer y transmitir esta labor en los lugares donde el Gobierno o el Estado nunca ha llegado ni va a llegar, ¿y quiénes estamos allá? Las parteras y parteros tradicionales” comenta la señora Rosmilda en medio de una serena firmeza que los años de ejercer este trabajo, y conocer las realidades de los partos de las mujeres del Pacífico le han brindado.

De otro lado, este Encuentro es un espacio también para visibilizar la presencia de los parteros, hombres que tanto por tradición como por accidente han llegado a este oficio, el cual ejercen con pasión, amor y compromiso, pues el ser hombres no les impide estar conectados con el milagro de la vida, así como en la medicina occidental existen hombres que atienden partos, los médicos ginecólogos; en la vida de las comunidades a los hombres también les ha correspondido asumir esta tarea, e incluso enseñarla, pues muchas parteras han aprendido el oficio de la mano de sus abuelos, padres o suegros.

Foto: Norma Londoño

A principios de los años 80 el señor José Celestino Córdoba, residente de Istmina, al sur del Chocó, se encontraba visitando a una amiga. Ella entró en labores de parto y no había quien la asistiera. José Celestino, quien rondaba por los 40 años en aquella época, no tenía idea de qué debía hacer en ese momento, no soportaba ver sufrir a su amiga o dejarla morir y no hacer nada, así que dejó que su instinto lo guiará y comenzó a ayudarle a su amiga a dar a luz. Así fue como se convirtió en partero tradicional.

“Yo siempre le pedí a Dios que me ayudara a hacer algo para ayudar a sobrevivir al que estaba mal, entonces ya mi Dios me dio la oportunidad y me he quedado así, ayudando”, cuenta don José Celestino entre sonrisas de satisfacción.

Con ejercicios, talleres teórico – prácticos, actividades lúdicas y otros espacios de intercambio de saberes, parteros y parteras indígenas, afro, blancas y mestizas compartieron tres días en dos idiomas: español e inglés y la lengua indígena emberá.

Bailaron, entonaron cantos tradicionales aprendidos de los abuelos, plasmaron sus esperanzas y se fortalecieron en un momento único que esperan, se continúe repitiendo cada año, con más participantes, con más visibilidad y con mayores oportunidades para que esos hombres y mujeres que decidieron ubicarse en la existencia, como los asistentes del milagro de la vida.

ETIQUETAS