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Mototaxismo en Quibdó: una compleja realidad del transporte público y el desempleo

Según un estudio de la Universidad Nacional, en Quibdó hay 45 mil motos, en promedio una por cada tres personas.
Saulo Guerrero

“Si el transporte público llegara al barrio donde yo vivo, en mi casa no tendríamos las dos motos que tenemos, o al menos tendríamos una sola”, asegura Berlinton Francisco Cuesta Salas, secretario de Movilidad de Quibdó.

“¿Y cómo hago para llegar a mi oficina o a los otros lugares que necesito?, no tengo otro medio que no sea la moto. Yo también soy damnificado”, asegura la máxima autoridad de la movilidad en la capital chocoana al referirse a una de las problemáticas que más aqueja a Quibdó, como lo es la falta de un servicio de transporte público eficiente y disponible para la mayor parte de la población.

Tal parece que esa ineficiencia en el transporte público es la que ha llevado a que, al caminar por la ciudad de Quibdó, muchas personas experimenten la sensación de que son tantas las motos en las calles que parece que hubiera más motos que personas.

Las cifras que se tienen del número de estos automotores en Quibdó apuntan a que hay una moto por cada tres personas, esto tras considerar que de acuerdo a un estudio que realizó la Universidad Nacional para el año 2013 relacionado con seguridad vial en la ciudad, el número de motos oscila entre 40 mil y 45 mil, y que de ellas el 68% son utilizadas para el mototaxismo, esto sin perder de vista que de acuerdo con el DANE la población de Quibdó es de 129.000* habitantes.

En este contexto, el ‘rapimotismo’, como también se le ha denominado a esta forma de trabajo, ha cogido fuerza en la ciudad en los últimos años como una forma de suplir la necesidad de transporte de las personas y, al mismo tiempo, como una forma que han encontrado los jóvenes y los migrantes venezolanos de generar ingresos en una ciudad con la tasa de desempleo más alta del país.

Según el DANE, en la Gran Encuesta de Hogares realizada en junio de 2021, Quibdó reportó una tasa de desempleo de 21,9 % entre los meses de abril a junio, un porcentaje superior al 18,0 % obtenido para el mismo período del año inmediatamente anterior.

“En Quibdó hay tanto mototaxi por el desempleo aquí casi no hay empresas (…) yo creo que es por eso. Y también por la falta de oportunidades”, asegura Jarry Benítez, un joven de 22 años que se dedica transportar personas en su moto en la capital chocoana desde hace tres años.

Él en promedio se gana $50.000 pesos diarios de los cuales le entrega $20.000 al dueño de la moto, $10.000 los invierte en combustible y mantenimiento, y $20.000 le quedan libres para sus gastos personales y llevar algo de dinero a su casa.

“El 72 % de los desplazamientos que realiza la ciudadanía los realiza en moto y solamente el 13% se realizan en el transporte público, de los que se movilizan en transporte público un 3% se realizan en taxi y un 10% en colectivo”, informó la Secretaría de Movilidad, lo que pone en evidencia que la moto es el medio de transporte más utilizado por la gente como transporte privado, pero también como transporte público, pese a que la norma establece la prohibición que existe de ejercer una actividad económica en un vehículo que no está condicionado para ello.

“Todo transporte público que se haga en una moto es un servicio ilegal, y eso hay que tenerlo muy claro”, enfatizó Cuesta Salas.

Queda en evidencia entonces lo complejo de la situación del transporte público, de ahí las voces de algunos sectores de la ciudadanía que exigen a las autoridades alternativas inteligentes para solucionar la problemática del servicio de transporte público de colectivos, horarios fijos, paraderos, mejores vías, como la mejor forma de desincentivar que un servicio de transporte ilegal domine la forma como las personas se movilizan en la capital chocoana.

“No todos quieren andar en una moto, no todos quieren hacerlo, hay gente que lo hace es porque le toca (…) lo que tenemos que hacer por obligación es brindarles las condiciones, y ese debe ser el objetivo”, manifiesto el secretario de Movilidad.

Por su parte, Jarry concluye, en medio de un día caluroso, con su buso para protegerse del sol y un casco para protegerse de un eventual accidente, que “como las cosas están tan duras aquí en el Chocó para conseguir empleo, este es uno de los trabajos que se puede conseguir más rápido, además, por la necesidad de llevar algo a la casa (…) y también uno lo hace por no coger malos pasos; es prefiere ponerse a rapimotear”.

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