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La FAO fomenta la producción sostenible de millo, un "nutricereal"

El millo es considerado como un “nutricereal” por su elevado contenido nutricional en comparación con otros cereales como el trigo, el arroz y el maíz.
Rodolfo Rodríguez

Hace 24 meses, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 2023 como el Año Internacional del Mijo o millo, con el propósito de contribuir a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Concretamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible a impactar son: ODS 2 (Hambre cero), ODS 3 (Salud y bienestar), el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), el ODS 12 (Producción y consumo responsables), el ODS 13 (Acción por el clima) y el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres).

Recuerda la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, FAO, que el millo es considerado como un “nutricereal” por su elevado contenido nutricional en comparación con otros cereales como el trigo, el arroz y el maíz. Además, es un alimento que contribuye a la salud humana, en particular la de madres y sus hijos pequeños. También, es un alimento esencial para los animales.

El millo pertenece al grupo de productos de cultivo promisorio de rápido crecimiento y ciclo corto de cosecha en sus variedades rojo y cuarentano. Su característica como alimento funcional de alto contenido nutricional lo convierte en gran potencial para productores del agro, dicen las investigadoras de la Universidad del Atlántico, Josefa Palacio Montañez y Aura Díaz Tatis, al presentar en días pasados Experiencias: “Valoración Nutricional y Agroindustrial en Millo”.

En el 2019 fue formulado por la estudiante Julia Beltrán y Josefa Palacio un proyecto con el objetivo de elaborar una harina y variedad de productos a base de millo, para el aprovechamiento de nuevas fuentes proteicas de origen vegetal que respondieran a problemáticas identificadas con soluciones innovadoras.


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La iniciativa tiene sustento entre otras razones a que actualmente hay especies con alto valor nutricional desaprovechadas en el consumo humano, por desconocimiento de sus propiedades.

A partir de la experiencia citada por Palacio Montañez y Díaz Tatis, surgió la idea de hacer pastas y productos a base de harina de millo, para el mercado de gluten free y tradicionales.

Entre las principales propiedades, el millo aporta antioxidantes, minerales y proteínas, no contiene gluten y su índice glucémico es bajo, siendo ideal para las personas con intolerancia al gluten, diabéticas o con altos niveles de azúcar en sangre.

Dice Mayrin Torres, nutricionista de la Universidad del Atlántico, que el miillo es un cereal de aspecto redondo, de color amarillo intenso, similar a la quinua.

Anota que el cereal es considerado un buen alimento por su riqueza nutricional, pues se trata de una fuente de energía y proteínas, rico en minerales como calcio cobre, hierro, magnesio, fósforo, potasio y selenio.

"El millo es una excelente fuente de vitaminas de complejo B, tales como el ácido fólico, ácido pantoténico, niacina, riboflavina y B6, así como vitamina C, E y K.", enumera la nutricionista.

Indica la profesional que esas vitaminas del complejo B incluyendo ácido fólico, sumado a la presencia de hierro, evita la anemia.

En cuanto al calcio y el fósforo, ayudan a fortalecer la estructura ósea y dientes, mientras el magnesio tonifica los músculos y fortalece el sistema nervioso.

"En 100 gramos de millo podemos encontrar aproximadamente 64 gramos de carbohidratos, 11 gramos de proteínas y 8.5 gramos de fibra. En cuanto a las calorías aporta aproximadamente 205 calorías en una taza de millo cocido", expresa la nutricionista Mayrin Torres.

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Cultivos de millo

Según la Encuesta Nacional Agropecuaria 2019, el área total sembrada en el país, por grupos de cultivos, fue de 5.311.977 hectáreas, siendo los agroindustriales los que presentaron la mayor participación con un 41,2%, seguido de los cereales que representaron el 18,5% con un área de 984.859 hectáreas.

Sin embargo, la mayor participación del área sembrada, en cuanto a cereales, se presentó en el cultivo de arroz mecanizado con el 54,4%, cultivo de maíz amarillo, de maíz blanco, arroz manual con 2,0%. Al observar estas cifras, las áreas sembradas de sorgo o de millo en nuestro país, son pocas.

Una de las zonas donde se siembra millo es el departamento del Atlántico, en el cual existen pequeños cultivos en áreas rurales de los municipios de Baranoa, Piojó, Juan de Acosta y Tubará, principalmente.

Pese a que el millo puede crecer en tierras áridas con una cantidad mínima de insumos y es resiliente a los cambios climáticos, son pocas las hectáreas destinadas para tal fin en nuestro país.

Así pues, constituye una solución ideal para que los países aumenten su autosuficiencia y disminuyan la dependencia de la importación de cereales.

Para la FAO, el Año Internacional del Mijo 2023 es la oportunidad de concienciar sobre los beneficios del millo para la salud, la nutrición y su idoneidad para el cultivo en condiciones climáticas adversas y cambiantes, así como de dirigir la atención de las políticas hacia estos beneficios.

Agrega que con este año internacional se busca fomentar la producción sostenible de millo y que se vea el potencial que ofrece como nuevas oportunidades de mercado para productores y consumidores.

Por su parte, el viceministro de Agricultura, Luis Alberto Villegas, comenta que el Millo o el sorgo, como también es conocido, siempre ha estado presente en Colombia. Sin embargo, ha perdido participación en las áreas y hay mayores zonas de cultivos de maíz y de soya.

“Como todo, es un complemento, pero hay que entender que un país tropical como Colombia puede disponer de otras fuentes proteicas como la yuca, el ñame, de las cuales se pueden producir harinas, inclusive, libres de gluten, para alimentar nuestra población”, precisa.

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