“No Kings”: Estados Unidos se moviliza contra Trump y sus aspiraciones autoritarias

En un sábado de movilización nacional, cientos de miles de personas salieron a las calles bajo la consigna “No Kings” (“No a los reyes”), para protestar contra las políticas del presidente Donald Trump y su decisión de extender la presencia militar en varias ciudades de Estados Unidos.
Las manifestaciones, convocadas por más de 300 organizaciones civiles, se replicaron en 2.700 puntos del país, desde Nueva York y Washington hasta Los Ángeles y San Francisco. En la capital, las avenidas que rodean el National Mall se llenaron de pancartas con frases como “La democracia no se rinde” y “Sin coronas en la república”.
👑🚫#Internacional | Hoy la multitudinaria protesta "No Kings" se tomó las calles de cientos de ciudades en los Estados Unidos, los ciudadanos se manifiestan contra Donald Trump por la militarización, el abuso contra los migrantes y también contra un presidente, que dicen, actúa… pic.twitter.com/9yOeME4Ztz
— RTVC Noticias (@RTVCnoticias) October 18, 2025
“Vengo de un país donde esto ya ocurrió en 1938”, contó Nadja Rutkowski, inmigrante alemana residente en Nueva York. “La gente está siendo secuestrada en las calles, lo vemos todos los días. Por eso tenemos que levantarnos”.
El tono de la jornada combinó el descontento con expresiones artísticas y pacíficas. Hubo grupos de música, desfiles con coronas de cartón y escenas performativas que parodiaban el poder absoluto.
El poder presidencial bajo cuestionamiento
Las protestas se originaron tras la decisión de Trump de desplegar tropas en Los Ángeles y otras ciudades, medida que amplió el debate sobre los límites del poder ejecutivo. Para sus opositores, se trata de un uso abusivo de la fuerza federal con fines políticos.
Durante una entrevista en Fox News, Trump aseguró: “Dicen que me refiero a mí mismo como un rey. No soy un rey”. Sin embargo, su equipo de comunicaciones publicó ese mismo día en X un video generado con inteligencia artificial que lo muestra vestido con atuendo real y una corona, saludando desde un balcón. El material fue interpretado como una provocación.
“Este presidente es una vergüenza y espero que hoy haya millones de personas en las calles”, expresó Stephanie, trabajadora hospitalaria de Queens.
Mientras el republicano Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, calificó las marchas como “odio a Estados Unidos”, el demócrata Glenn Ivey respondió que “las protestas son una defensa de la democracia, no un ataque a ella”.
“Somos un país de iguales”
La directora política de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), Deirdre Schifeling, sostuvo que las movilizaciones recuerdan que “Estados Unidos sigue siendo un país de leyes, de debido proceso y de derechos para todos. No seremos silenciados”.
Por su parte, Leah Greenberg, del movimiento Proyecto Indivisible, afirmó que “el Gobierno utiliza el miedo como instrumento político. Es el manual clásico del autoritarismo: amenazar, difamar y mentir para controlar”.
En Washington, Paulo, un ciudadano brasileño, dijo sentir “un déjà vu de la dictadura militar”, mientras que Isaac Harder, de 16 años, advirtió: “Es una trayectoria fascista. Tenemos que frenarla”.
División política con una oposición fortalecida
El actor Robert De Niro participó en la marcha de Nueva York y pronunció unas breves palabras: “Nos estamos levantando otra vez, con nuestras voces y sin violencia, para decir: no a los reyes”.
Las imágenes transmitidas desde Times Square, Chicago y San Francisco mostraron una movilización pacífica y masiva que superó la magnitud de las marchas de junio, cuando millones protestaron tras el despliegue militar ordenado por la Casa Blanca.
Analistas consultados por medios internacionales advirtieron que las protestas reflejan una sociedad profundamente dividida, en la que amplios sectores temen una erosión del sistema democrático y una deriva autoritaria en el poder.
Presión ciudadana contra la extrema derecha en el poder
Las marchas de hoy marcan el momento de mayor presión civil contra la administración Trump desde su retorno al poder. Los manifestantes no solo cuestionaron decisiones recientes del presidente, sino la idea de que el poder pueda situarse por encima de la ley.
La protesta, que recorrió de costa a costa la nación, deja una imagen poderosa: la de un país que, ante la tentación del poder absoluto, vuelve a recordar que la democracia no tiene coronas.