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Crean el primer museo del conflicto desde la visión de los firmantes en Icononzo, Tolima

Firmantes de Paz y victimas, en el municipio de Icononzo (Tolima), crearon el primer museo en Colombia dedicado a la memoria del conflicto armado desde la perspectiva de la población excombatiente.
Museo del conflicto con visión de firmantes de paz, inaugurado en Icononzo Tolima
John Nagles

Los escenarios o actos de memoria son cruciales para generar reflexión sobre el pasado, especialmente en episodios de la historia donde la guerra fue la protagonista.  Por lo tanto, los museos desempeñan un rol fundamental como curadores de la memoria de los pueblos. Según cifras de la UNESCO, durante las últimas décadas se ha producido un incremento en el número de museos en el mundo: de 22.000 en 1975 a 95.000 en la actualidad.

Pero los museos son mucho más que espacios donde se exponen y conservan objetos. A través de los elementos guardados en estos espacios de memoria, como en el caso del que recientemente se inauguró por firmantes de paz y victimas en el ETCR Antonio Nariño del municipio de Icononzo (Tolima), se ofrece una ventana al pasado, permitiendo a quienes visitan conectar con la historia, las tradiciones y la esencia de sus comunidades.

Se conocen museos en Colombia dedicados a salvaguardar la memoria de instituciones de fuerte influencia en la sociedad, como el creado por las fuerzas militares y de policía o la Fiscalía, pero ningún otro como el creado por antiguos combatientes de la hoy extinta Farc. En este orden de ideas, organizaciones de firmantes de Paz del municipio de Icononzo (Tolima), con el apoyo de víctimas del conflicto, abrieron al público el primer museo dedicado a la memoria del conflicto armado desde la visión y enfoque de los que una vez hicieron parte de esa guerrilla.


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El lugar donde hoy se inauguró este museo en el antiguo ETCR de la vereda La Fila de Icononzo, se levantó la vivienda en la que en 2017 los antiguos guerrilleros dejaron las armas y, con el apoyo de Naciones Unidas, fueron desmanteladas y destruidas, como parte del cumplimento del Acuerdo de 2016.

Carlos Diazgranados Cubillos, museólogo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, habla de la importancia de este espacio para el futuro de la región. “Promovemos la idea del Museo como una herramienta de transformación social. Este lugar es un sitio de memoria, un sitio donde las antiguas Farc dejaron sus amas y abrazaron la paz; un sitio donde es posible reconstruir la memoria para reconstruir el tejido social de los firmantes. Nuestra política y filosofía sobre los museos es que estos desempeñen un rol que sirvan para la vida de las personas, en este caso, si este espacio sirva para la vida de los firmantes, su progreso y su reincorporación, este museo tiene sentido”, recalcó el funcionario.        

A la izquierda de la casa museo de la memoria, en Icononzo (Tolima), están expuestos aquellos animales y plantas que por efecto del conflicto fueron ultrajados. Aquí tienen su espacio. | Foto: John Fredy Nagles, periodista de la Emisora de Paz de Chaparral.

En Colombia existen lugares de memoria y museos de memoria, pero estos han sido levantados por la institucionalidad, como el Ejecito, la Policía, la Fiscalía o el que adelanta. De acuerdo con Diazgranados, este Museo serie el primer proyecto relacionado a la memoria del conflicto desde la visión de los firmantes de paz, su posición como actores que fueron del conflicto o también como victimas que algunos fueron. 

“Esto es un proyecto inédito e importante para la paz y la reconciliación en estos territorios. Desde el Gobierno del Cambio, creemos necesario que también se deben escuchar y reconocer estas otras memorias del conflicto. [...] Este museo se logró gracias al apoyo de la Misión de Verificación de Nacionales Unidas, la asesoría técnica del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y las juntas comunales de las veredas cercanas al antiguo ETCR, incluyendo a La Fila en donde estamos”, subrayó.

Al interior del museo de los exFarc  

Materializar el proyecto de esta casa memoria les tomó alrededor de cuatro años, según ha confirmado su gestora Janeth Morales, firmantes de Paz y coordinadora de la Casa de la Memoria ‘Caminos de Resistencia y Reconciliación’.

 “Este es un proyecto que hemos levantado al lado de victimas del conflicto, no solo de firmantes. Aquí estamos dejando reflejado, en un rinconcito de este espacio, la voz y la memoria de aquellos seres que no hablan, como las plantas y los animales, que fueron víctimas también del conflicto armado, y que nadie se ha acordado de ellos hasta la presente. Entonces, este museo también recoge esa memoria”, afirmó la excombatiente y hoy gestora de la casa memoria.

Este lugar, hoy Casa de la Memoria ‘Caminos de Resistencia y Reconciliación’, fue donde se almacenaron, bajo la orientación de Naciones Unidas, las pistolas, fusiles, bombas y todo el armamento con el que estos hombres y mujeres llegaron a las conocidas en 2016 como Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN). 

“Aquí tenemos una caneca pintada con el tricolor nacional, agujereada, porque allí se calcinó y fundió toda la munición que traíamos con las armas. Aquí en esta casa se resguardó el armamento cuando hicimos la dejación de las armas: entrando a mano izquierda se ubicó toda la fusilería y pistolería, y a mano derecha entrando a la casa, colocaron las armas de apoyo como los morteros, las ametralladoras, los MGL’s y las bombas”, explicó la señora Janeth.

En otra zona del interior de la Casa de la Memoria ‘Caminos de Resistencia y Reconciliación’, está expuesto el uniforme camuflado de un excombatiente que perdió su brazo en combate, con sus respectivas fornituras donde cargaba antes los proveedores de su arma. “También tenemos expuestos en una vitrina elementos donde cargábamos la comida, nuestra ropa, nuestra casa, mejor dicho. También tenemos radios de comunicación para el tema de las comunicaciones con otras unidades”, relató la firmante.          

La voz de las victimas

Este espacio sería el primero que contiene elementos significativos de víctimas y firmantes. Aunque es un Museo que fundamenta la visión del conflicto en aquellos que empuñaron las armas en el pasado, ellos y ellas han querido que las victimas tengan también un espacio para la memoria de quienes padecieron la guerra. Gladys Acevedo, líder de víctimas y representante legal de la Fundación ‘Caminemos Juntos por Nuestras Historias Olvidadas’, donó para la exposición en este Museo una pechera tejida por ella misma con el rostro de Edwin Carranza Acevedo, su hijo quien prestó su servicio militar y fue muerto en combate el 16 de febrero de 2012.

Este museo fue gestado por firmantes de paz y víctimas del conflicto, como lo son Gladys Acevedo, líder de víctimas, representante legal de la Fundación ‘Caminemos Juntos por Nuestras Historias Olvidadas’ y Mario Alberto Montiel Pérez, firmante de Paz y uno de los gestores de la Casa Memoria. | Foto: John Fredy Nagles, periodista de la Emisora de Paz de Chaparral.

“Me siento feliz de venir aquí a ver consolidado este proyecto del museo, y yo sé que vamos a recibir muchas criticas como ya lo he experimentado: a mi me han tildado de guerrillera, me critican que, porque me siento a trabajar con los supuestos asesinos de mi hijo, que tengo síndrome de Estocolmo, en fin. Pero yo creo que esas aseveraciones infundadas por algunos sectores me han dado mas fuerza para seguir caminando en la reconciliación con estas personas firmantes de Paz. Nosotros para construir, debemos trabajar en la juntanza, la colectividad. Cuando yo trabajo sola, no puedo salir adelante, pero si trabajamos en asociatividad, podemos generar mas procesos de resiliencia y salir adelante. Eso es lo que a mi me ha resultado y esto del museo es resultado de ello”, subrayó la líder de víctimas.  

Este es un recorrido sobre la primera Casa de la Memoria creada a partir de la mirada de los firmantes de paz con curaduría del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y el apoyo financiero de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia y otros organismos y entidades. Con esta experiencia, se incentiva que mas regiones donde haya firmantes gesten proyectos de memoria como este primer museo de la memoria del conflicto desde la visión de quienes una vez empuñaron las armas. La verdad no es una sola, tiene multiplicidad de aristas y todas deben ser reconocidas para entender holísticamente que fue lo que ocurrió en mas de 60 años de guerra en Colombia, resultó la líder de víctimas.

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