De Fachadas Bogotanas a Milserifas
Lizeth empezó a dibujar desde muy pequeña, siguiendo los pasos de su papá, sentándose al lado de su enorme mesa de dibujo. Al respecto nos cuenta: “Yo echaba escarcha y cogía colores y crayones. Me encantaban los stickers, pegar cosas. Mi papá me compraba cuadernos de dibujo con stickers para mezclar elementos”. Así empezó una carrera que la llevó, luego de estudiar filosofía, periodismo e historia del arte, a querer hacer un paisaje de Bogotá, la ciudad donde creció y que no deja de maravillarla. Sobre el objetivo de Fachadas bogotanas, Lizeth dice: “Lo primero es que todos los dibujos tienen como línea narrativa que son fachadas domésticas. No hay nada emblemático o patrimonial. El interés era dibujar fachadas de casas o edificios donde pudiera vivir cualquiera de nosotros”. Así se crea un paisaje conocido para todos los que vivimos en Bogotá, pero al mismo tiempo invisible, porque paseamos por él todos los días.
Fachadas bogotanas es un pequeño libro en el que se ve el esmero por proponer al lector una experiencia más allá de lo informativo, más allá de una guía turística por Bogotá. Detrás de todo este trabajo está Fredy Ordóñez, quien dice al respecto: “Parte del proceso de hacer el libro es que queríamos cuidar cada detalle, estar pendientes de cualquier aspecto del libro y, entre esos, siempre me ha parecido un detalle muy feliz cuando uno encuentra un colofón bonito en un libro”. Y este es sólo uno de los muchos detalles que hacen placentera y divertida la lectura de Fachadas bogotanas.
A partir de este proyecto, Fredy dio origen a su editorial Milserifas. Cuando le preguntamos por qué empezar esta empresa luego del agotador esfuerzo que implicó hacer un sólo libro, Fredy contestó: “Como se hizo tanto para hacer Fachadas bogotanas (haber creado una comunidad de lectores, haber tocado puertas en librerías, haber creado una página), pues, justamente, creo que era el curso natural a seguir”. Ahora Milserifas presenta sus dos nuevos títulos: Toro Rojo, del talentoso ilustrador Dipacho, y El viento tiene voz humana, una selección de frases de Jules Renard.
