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La Ruta del Magdalena logró contar, en 20 días, 1.540 kilómetros de historias

La laguna del Magdalena, donde nace el río grande de Colombia, fue el final de La Ruta del Magdalena, 1.540 kilómetros de historias.
Diego Fernando Alfonso

RTVC – Sistema de Medio Públicos llegó, después de 20 días de recorrer el río Magdalena con un gran equipo periodístico y técnico, desde su desembocadura en Bocas de Ceniza en Barranquilla, hasta el núcleo del Macizo Colombiano, el páramo de las Papas, un majestuoso ecosistema donde nace este importante cauce ‘que le da vida a Colombia’.

Por un camino histórico y cultural, difícil y accidentado, que según Carlos Ramón Repizo en el libro 'Memoria histórico – geográfica del Camino nacional de Las papas o El letrero’, “por este camino se movía la civilización portentosa que habitaba, siglos atrás, este territorio en un intercambio comercial y cultural hacia distintos puntos”. Durante la época de la conquista, los españoles descubrieron estos caminos y los adecuaron para el paso de caballos y ganado, con lo que aumentaron el intercambio comercial y los controles sobre este territorio. A partir del siglo pasado, algunos gobernantes nacionales y regionales han ordenado pequeñas obras, pero hoy este camino luce abandonado.

Durante cuatro días el equipo de RTVC se adentró en ecosistemas inhóspitos de bosque andino, bosque alto andino y páramo que hacen parte de las 92 mil hectáreas del Parque Nacional Natural Puracé, pasando de una altura de 1.730 msnm hasta los casi 3.600 msnm que tiene en lo alto la Estrella Fluvial Colombiana, donde además del Magdalena, nacen otros importantes ríos como el Cauca y el Caquetá y otro sinfín de ríos y quebradas que nutren a estos afluentes principales.

“La laguna de la Magdalena es el útero donde se gesta el río Magdalena”, asegura Jhon Palechor, uno de los líderes de Puerto Quinchana, un centro poblado de San Agustín que se convierte en el primer puerto que tiene el río Magdalena en su recorrido hacia su desembocadura en el mar Caribe. Jhon y muchos de nuestros invitados a lo largo de este enorme proyecto editorial de RTVC – Sistema de Medios Públicos invitaron a los colombianos a “tratar al río como un sistema de vida, que en sus aguas lleva vida”, e igualmente hicieron el llamado a protegerlo para deje de ser esa gran cloaca por la que baja toda clase de residuos.

Equipo
El equipo de RTVC también contó las historias de personajes que viven y recorren el ecosistema del PNN Puracé.

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“El río es vida. No arrojemos basuras, no talemos; si acabamos con los ecosistemas acabamos con nuestras propias vidas. ¿Qué les vamos a dejar a las nuevas generaciones?”, es el llamado angustioso de Gustavo Papamija, guardaparque del PNN Puracé.

Carlos Guerra, otro guardaparque del Parque que acompañó al equipo de RTVC en toda esta travesía final hacia la laguna, nos enseñó que “si este espacio de aproximadamente 5 hectáreas es la madre del Magdalena, el padre es un arroyo llamado Reyes que permanentemente fecunda a esta laguna”.

El duro camino hacia el ‘kilómetro cero’ de La Ruta del Magdalena

San Agustín fue el punto de partida para el equipo de profesionales elegido para contar en las diferentes plataformas del Sistema de Medios Públicos la llegada de La Ruta del Magdalena, 1540 kilómetros de historias a este complejo lagunar que le da vida al río que, según Wade Davis - antropólogo, biólogo y etnobotánico canadiense que ha recorrido varias veces este afluente - “es la principal razón por la que Colombia existe como nación”.

“Es el surco de vida que permite a los colombianos establecerse en un territorio que es de las geografías más complejas de este planeta”, escribe Davis en su libro Magdalena, Historias de Colombia y es precisamente este último tramo el que ofrece la mayor complejidad de todo el recorrido de 1540 kilómetros.

Caminos
Durante 4 días el equipo de RTVC – Sistema de Medios Públicos recorrió caminos difíciles para llegar a la Laguna de La Magdalena.

Puerto Quinchana, a casi una hora en carro desde San Agustín, fue la primera parada. Allí nos esperaron los guías con los caballos listos para empezar a bordear las montañas de la cordillera central del país para ir en busca de nuestro objetivo, en lo más alto, el nacimiento del río. Ninguno de los expedicionarios de RTVC se imaginaba el grado tan alto de dificultad de este recorrido. Durante casi seis horas a lomos de caballos y algunos tramos largos a pie por este camino de ‘herradura’, lleno de trampas, llegamos a nuestra segunda estación, a la última casa, antes de la laguna, el hospedaje El Cedro, a 2.300 msnm, en un lugar conocido como San Antonio, donde nos recibieron Luz Mery Palechor y Crisanto Torres, las últimas caras, diferentes a quienes íbamos en la expedición, que veríamos en este último trayecto.

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El segundo día madrugamos y emprendimos un ascenso vertiginoso, que en tan solo 5 horas nos llevó de los 2.300 msnm de San Antonio a los 3.460 msnm que tiene el pequeño valle que resguarda a la laguna. En los últimos dos kilómetros, a lado y lado del camino histórico y cultural, nos acompañaron miles de frailejones, planta predominante de este ecosistema que se encarga de producir agua. Y, finalmente, la razón de ser de los 20 días del recorrido por el cauce del Magdalena que comenzamos en Barranquilla: La laguna de la Magdalena. Íbamos un poco prevenidos, pues guías y guardaparques nos habían dicho que allá la naturaleza es un poco recelosa y misteriosamente se esconde, con nubes, neblina, vientos y lluvias, a sus visitantes. A nosotros se nos mostró en todo su esplendor.

Luego de trabajar y disfrutar por un par de horas de este imponente paisaje, nos dirigimos esa tarde a la vereda Loyola o La Hoyola (Carlos Guerra nos dice que las dos formas son usadas por quienes la habitan), en el corregimiento de Valencia, municipio de San Sebastián, en el Cauca. Allí, en el resguardo de la comunidad indígena Papayaqta, pasamos la segunda noche. Comenzando la noche, médicos tradicionales y autoridades del resguardo nos regalaron un ritual de protección para los viajeros que suben a la laguna.

“Como médicos tradicionales hacemos el pacto con la naturaleza para que lleguen con armonía a nuestros territorios y regresen con buen equilibrio en sus vidas”, dice el mayor de esta comunidad Arnobis Rengifo.

Naturaleza
Aunque en general nos hizo un gran clima, algunas veces la naturaleza nos escondió la gran laguna.

El tercer día, el mirador de Santiago fue el primer destino. Desde allí se observa un poco más lejos, pero con mejor panorama la laguna de la Magdalena y también otra laguna que le da el nombre al mirador. Otro día en el que la naturaleza fue benévola y amorosa con nosotros y nos abrazó a todos los expedicionarios de la aventura convergente más importante en la historia de RTVC – Sistema de Medios Públicos.

Finalmente emprendimos el camino de regreso, de dos días, hasta San Antonio en el Huila, Quinchana y San Agustín donde nos unimos a los demás compañeros y donde oficialmente cerramos La Ruta del Magdalena, 1540 kilómetros de historias.

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