Nuestras primeras impresiones del mundo son sonoras. En el vientre materno todo es oscuridad y los ojos permanecen cerrados... luego, nacemos, abrimos los ojos y el sentido de la vista se va imponiendo sobre los otros.
Pero conocí a un grupo de artistas que han querido devolverle al sonido esa supremacía perdida. Trabajan con el oído, su materia es el sonido y en vez de pinceles o vinilos cargan micrófonos, cables y consolas. No son músicos: son artistas sonoros.
“No es simplemente hacer arte con sonidos. El arte sonoro va mas allá de hacer música o de escuchar lo que llaman música, se enfrenta al fenómeno del sonido, que son las vibraciones audibles. Es un espectro enorme el cual el ser humano contemporáneo solo usa muy escasamente” nos dice Alvaro Moreno Hoffmann desde un apartamento en el centro de Bogotá.
El es Alvaro Moreno, uno de estos artistas que ha encontrado en el arte sonoro un territorio infinito para explorar y crear.
“El arte sonoro decide escuchar y producir sonidos. Generar a través de esos sonidos nuevas instalaciones, esculturas, grabaciones sonoras”.
Mauricio Bejarano es un coleccionista de sonidos. Trabaja con aparatos de reproducción sonora y le ha interesado el sonido en toda su dimensión desde el silencio hasta el estrépito.
“El arte sonoro es una aproximación particular, singular, específica desde una pensamiento plástico,” explica Mauricio desde un apartamento adecuado para servir de laboratorio, centro experimental y espacio libre para mostrar el trabajo de diferentes artistas.
¿Cuándo es que los artistas empiezan a pensar en el sonido como materia, a jugar con ella. ¿Cuáles son los pioneros en este arte?
“También desde principios del siglo veinte los artistas plásticos se preocuparon por el sonido. Hubo movimientos importantes como el futurismo, el dadaísmo, inclusive el surrealismo. Empezaron a aproximarse al sonido como una materia plástica más, no como música”, nos explica Mauricio con el discurso de quién lleva varios años enseñando la historia del arte sonoro.
“Luigi Russolo inventó unos instrumentos que llamó los “entonaruidos,” explica Bejarano. El los llamó así zumbador, gorgoteador, retumbador.”
El arte sonoro se ha interesado, entre otras cosas, en hacer audible lo inaudible. Sonidos que ignoramos porque no los escuchamos o sonidos que están ahí todo el tiempo, pero pasamos por alto.
“Hoy en día hay un artista suizo que tiene obras de arte sonoro increíbles. Un ejemplo: coge un tronco putrefacto lleno de termitas en plena ebullición, lo instala en la galería, pone un micrófono y amplifica ese sonido,” cuenta Mauricio mientras con un gesto imita la acción de estar mirando por una lupa.
David Vélez es un artista sonoro cuya obra explora el tiempo y la materia del sonido. Para él, el arte sonoro amplía las posibilidades del arte.
“Por mucho tiempo el arte de la materia, el arte del espacio y el arte del tiempo estuvieron separados. Entonces por un lado iba la escultura, por el otro lado iba la pintura, la fotografía y por el otro lado iba la música,” explica David desde su estudio en donde se mezclan varios aparatos de registro y grabación, con objetos de rarísima procedencia.
Una de las obras más representativas de David explora el estrépito y la destrucción. Se trata de una especie de baúl de madera con un bajo oculto. Sobre la tapa del baúl, una copas reaccionan en una especie de danza...
“Finalmente nuestra experiencia cotidiana se da a nivel material pero se da en el tiempo. Es decir, no se puede desligar materia y tiempo” dice David mientras me muestra el video de su obra y las reacciones diversas del público.
El arte sonoro se vale de cualquier cosa que emita sonidos: el paisaje, natural o urbano, los ruidos de los aparatos mecánicos y los tecnológicos, la voz humana y los sonidos de los animales. También se construyen instrumentos que producen sonidos únicos.
“Muchas veces se asocia el arte sonoro con las nuevas tecnologías, las digitales y las electrónicas, pero arte sonoro se puede hacer con piedras,” cuenta Bejarano. “Por ejemplo hay una escultora italiana que se llama Amalia del Ponte. Que hace esculturas de piedras pero son sonoras, son para tocar para hacerlas sonar.”
Humberto Junca es un artista plástico que ha hecho radio arte y ha sido curador de exposiciones de arte sonoro.
“Tuvimos un pequeño espacio de radio arte que se llamó Radio Cero. Éramos artistas plásticos interesados en el performance, en el cuerpo. Yo creo que hicimos una especie de puente con el cuerpo sonante, como la voz, la voz que habla, la voz que narra, la voz que grita, la voz que canta” rememora Humberto desde su casa estilo 60, escenario también de sus obras de arte muy contemporáneo y bogotano.
¿Qué es finalmente Radio Arte?
“Una experimentación con referentes sonoros que tuvimos al mezclarlos. Tomamos los referentes con los que crecimos, la canción, la crónica hablada, el partido de fútbol, la publicidad…” recuerda Humberto mientras me muestra varias obras del colectivo.
Bejarano cree que las obras sonoras no sólo han roto las fronteras de lo que tradicionalmente se define como arte. También las de los espacios para hacer o contemplar el arte.
“Desde la galería mas comercial o el museo mas institucional, la calle, cualquier lugar del mundo. El sonido, el silencio, el ruido. En todas partes está eso disponible y el artista puede hacer con eso lo que sea” afirma Mauricio.
El arte sonoro es una invitación a recuperar nuestra sensibilidad, a ampliar nuestro universo audible. Estos artistas, con sus obras, no están recordando que oír es inevitable, pero escuchar es opcional.
El Arte Sonoro
1.El sentido del oído es el primero en desarrollarse. Empezamos a oír desde el vientre materno. La primera imagen del mundo es sonora.
2.El ser humano percibe una escasa fracción de todo el espectro audible pero potencialmente estamos dotados para escuchar mucho más.
3.Para los artistas sonoros el sonido es una materia, la pueden alargar, acortar, agrandar, achatar, engordar, repetir, diluir, en fin el sonido es el arte del tiempo y del espacio.
4.El arte sonoro se sirve de cualquier materia que produzca sonidos, también de aparatos eléctricos y digitales.
5.El arte sonoro no es exclusividad de los artistas sonoros, cualquier persona puede hacer un ejercicio de escucha, de percepción sonora y causar una obra sonora. El arte sonoro quiebra las barreras del arte y sus creadores y nos propone una nueva manera de percibir el mundo.
Mónica Mora, un reportaje para Señal Radio Colombia