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¿Qué significa para el mundo la caída del vuelo MH17 de Malaysia Airlines?

Desde el pasado 17 de julio, cuando un Boeing 777 de la aerolínea Malaysia Airlines cayó en territorio ucraniano, el planeta entero ha expresado su solidaridad por el siniestro en el que se perdieron 298 vidas. Sin embargo, la tragedia no termina allí.

Desde el pasado 17 de julio, cuando un Boeing 777 de la aerolínea Malaysia Airlines cayó en territorio ucraniano, el planeta entero ha expresado su solidaridad por el siniestro en el que se perdieron 298 vidas. Sin embargo, la tragedia no termina allí.

Este hecho recrudeció la crisis ucraniana, ante la principal hipótesis para explicar la caída del avión: el aparato fue derribado por un misil tierra-aire. ¿Quién lanzó el misil? ¿Por qué Ucrania, los separatistas prorrusos o la misma Rusia querrían derribar un avión comercial con casi 300 personas a bordo? ¿Cómo llegar a la verdad sobre lo sucedido? Sin duda, el vuelo MH17 de Malaysia Airlines ha expuesto el complicado escenario en el que se desarrolla la actualidad internacional.

Para empezar, es necesario recordar que Ucrania vive una profunda división, producto del deseo independentista de algunas regiones, que se materializó en la anexión de la república de Crimea a Rusia. Otras zonas del país, como Lugansk y Donetsk también se han convertido en lugares de enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales ucranianas y los separatistas prorrusos. Fue justamente en Donetsk, en la ciudad de Gravobo, donde cayó el avión de Malaysia Airlines que hoy ocupa la atención del mundo entero.

En medio de este escenario, todas las partes se han acusado mutuamente del derribo del Boeing y todas se han librado de cualquier responsabilidad. Además, no es claro quién debe asumir el liderazgo de la investigación para esclarecer lo sucedido. Malasia es el país al que pertenecía el aparato presuntamente derribado, Ucrania es el dueño del territorio donde cayó, los separatistas prorrusos ejercen el control en la zona, Rusia es acusada de apoyar a los separatistas y dotarlos de armas que posiblemente pudieron causar la tragedia y Holanda es el país que más nacionales perdió.

Además, Estados Unidos, que también llora a uno de sus ciudadanos fallecidos en el siniestro, asegura que detectó un misil lanzado en la misma zona y a la misma hora de la caída del avión.

Según Rafael Piñeros, docente e investigador de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado y experto en temas de defensa y seguridad, es necesario generar un diálogo liderado, tal vez, por la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa (OSCE), con la participación de países europeos considerados neutrales, como Suiza, Finlandia o Suecia, por ejemplo. De manera adicional, se necesita ejercer más presión para el desarrollo de una investigación transparente, y la resolución del conflicto ucraniano, y aplicar mayores sanciones en contra de Moscú.

Piñeros afirma que las autoridades aéreas tardarán al menos seis meses en obtener resultados de sus investigaciones, los cuales tendrán implicaciones muy fuertes, aunque la comunidad internacional no haya encontrado el mecanismo adecuado para conocer la verdad y no caer en una crisis institucional.

Para el docente, este hecho ha ejemplarizado la división que aún existe entre Rusia y Occidente después del fin de la Unión Soviética en 1991, cuando algunos países se acercaron a las instituciones occidentales, pero otros, como Georgia y Ucrania, fueron vetados por Rusia al intentarlo.

La tragedia del avión malasio ha mostrado los límites de los instrumentos estadounidenses y europeos, sus restricciones para la solución de problemas globales, la influencia que aún ejerce Rusia en algunos sectores y la necesidad de repensar las relaciones internacionales en todos sus ámbitos.

Por Juliana Cañaveral

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