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“Se acabó el pretexto de decir que en Colombia existía violencia porque había guerrilla”: Luis Alberto Gómez García

Marcial Gaitán, ex jefe guerrillero de las Farc, socializa con comunidades sobre el problema de las drogas y el plan de erradicación voluntaria.

Por: Jesús Bernal.

Luis Alberto Gómez García, hoy se ha reincorporado a la sociedad colombiana y se ha dedicado a ir a todos los rincones de Putumayo para contarle a los campesinos sobre los alcances de los acuerdos pactados con el Gobierno Nacional sobre el Plan de Sustitución de Cultivos Ilícitos.

Alías Marcial Gaitán, jefe guerrillero, comandante que actuó en las montañas de Cauca y Putumayo y en alguna oportunidad amenazó de muerte al hoy alcalde de Piamonte, Cauca, José Joaquín Ramos Rodríguez, quienes el pasado 26 de julio cuando se firmó el acuerdo final en Putumayo, se encontraron y Alías Gaitán tuvo un acto de contrición frente a lo sucedido en el pasado.

En un lugar acordados me reuní con Marcial Gaitán, a quienes muchos de sus conocidos en las Farc, todavía lo tratan de comandante y quién no se acostumbra a su nombre de pila. Desde ahora lo llamaremos Luis Alberto. Le inquietamos sobre esa tarea, la de socializar con las comunidades logros de los campesinos de la Mesa de Organizaciones Sociales de Putumayo, Baja Bota Caucana y Jardines de Sucumbíos Meros y esto nos contó.

¿Cómo avanza la definición de la hoja de ruta para la caracterización de campesinos que van a erradicar la coca de manera voluntaria?

“Resolver el problema del conflicto que crea la producción de alucinógenos o drogas en Colombia, porque es una parte del fenómeno de la violencia. Desde el punto vista lógico, los cultivadores de hoja de coca no son narcotraficantes, sino que han buscado esa forma de vida como alternativa porque no existe las garantías agropecuarias. Es más fácil producir hoja que coca que producir otros cultivos de uso lícito (…) Se estaba imponiendo una caracterización, donde se afirma que son las zonas con mayor producción y no las de media o baja las tenidas en cuenta (…) El programa existente en los Acuerdos de La Habana se argumenta, se debe aplicar para quienes tienen y no tienen hoja de coca”.

Usted que está en esa tarea, en ese compromiso de contarles a comunidades el contenido y el verdadero significado de los puntos uno y cuatro de los acuerdos de La Habana, ¿Cómo le va con esa labor?

“Súper bien, no puedo decir que mal. Nos ha ido súper bien. Hemos tenido muy buena aceptación. Porque eso es lo requiere Colombia. El país requiere de cambios fundamentales, no de mentiras, no de seguir en la politiquería, requiere cosas concisas”.

Frente a los cambios que se proponen para el país ¿La reforma integral para el campo colombiano o putumayense será real?

“Esto no es nuevo. El 20 de julio de 1964 las Farc firmaron un documento en que se determinaba que la tierra era para el que la trabaje y quiera trabajarla. Es mentira que el perfil económico nace en las ciudades, porque las materias primas se producen en el campo. Si el campo se abandonó y el Estado dejó de inyectar recursos, pues no habrá producción (…) Tenemos 92.000 desparecidos y seis millones de desplazados. ¿Qué es lo que queremos con la reforma agraria? Que estos campesinos vuelvan a la tierra, vuelvan al campo, vuelvan a producir, necesitamos producir para el abastecimiento”.

Luego de los años de lucha en la selva colombiana como guerrillero, en el plano personal, ¿Cuál es el significado que tiene para usted llegar a la civilidad con ese mensaje de concertación?

“Nosotros estamos claros, siempre he sido claro. Nuestros principios de lucha fueron por la vida, luego por el pueblo, luego por ciudad y luego por el campesino. Siempre estuvimos luchando por la paz y la convivencia. Otra cosa que las condiciones del Estado nos hayan llevado a armarnos, pero es la segunda fase de la historia”.

En el desarrollo de su labor, ¿Considera que Colombia llegó a la fase del postacuerdo o postconflicto?

“No. Yo no lo llamo postconflicto. Si pudiera llamarlo aportar para buscar una salida al conflicto, porque es que estamos hablando de postconflicto, pero este sigue. Este sigue ahí, porque hasta ahora no hemos implementado los acuerdos como se debe. Hasta ahora no hemos llegado al que no tiene vivienda. El Estado no ha resuelto los problemas de la salud, no se ha resuelto el problema de las vías, eso no se ha hecho. Ahora se acabó el pretexto de decir que en Colombia existía violencia porque había guerrilla, eso es mentira y es un pretexto. Los vejámenes del Estado siguen y están latentes”.

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