Pasar al contenido principal
CERRAR

Relatos que inspiran: mujeres sobrevivientes al cáncer de mama

En Colombia, la prevalencia del cáncer de mama para 2019 fue de 235 casos por cada 100 mil personas, según el Dane.

Por: Nazlhy Viviana López

El Día Mundial contra el Cáncer se celebra cada año, el 4 de febrero, y es una iniciativa singular en la que el mundo se une en la lucha contra la epidemia mundial del cáncer. Las diferentes asociaciones que promueven el conocimiento y estudio de esta enfermedad, junto con la Organización Mundial de la Salud OMS, realizan diferentes actividades de promoción, concientización y prevención.

Específicamente en cuanto cáncer de mama, se realizan varias campañas de sensibilización con el objetivo de generar conciencia sobre la importancia de la detección de cualquier anomalía, por medio del autoexamen y las revisiones médicas, como una oportunidad de diagnóstico y tratamiento en etapa temprana.

Según explica el doctor Fernando Perry, médico cirujano especialista en mastología, el cáncer de mama es una proliferación anormal de células que se multiplican sin control, produciendo células iguales y generando un tumor maligno que se forma en los tejidos del seno o mama, este ocurre en gran mayoría en las mujeres, pero los hombres también lo pueden padecer.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) indicó que en Colombia la prevalencia del cáncer de mama para el 2019 fue de 235 casos por cada 100 mil personas, mientras que la mortalidad fue de 14,1 defunciones por cada 100 mil personas en todo el territorio nacional. Este panorama lo ubica como el tercer tipo de cáncer más prevalente y uno de los más letales en el país.

Los datos de fallecimientos registrados por el Dane, entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2020, por causas de cáncer de mama señalan 2.031 casos en el país. El mayor índice de defunciones se ubicó en Bogotá con 337 casos, seguido por Antioquia (283), Valle del Cauca (260), Atlántico (138) y Santander (112).

La detección temprana del cáncer de seno favorece el pronóstico y la supervivencia, el autoexamen permite evidenciar cambios en la apariencia o estado de las mamas como un primer signo de alerta para acudir a un médico especializado, por esto, se debe realizar por lo menos una vez al mes, desde aproximadamente los 15 años.

“El autoexamen es uno de los factores más importantes que existen hoy en día para lograr que el pronóstico de vida de las pacientes que tienen la enfermedad mejore, permitiendo vigilar y conocer aspectos de la piel del seno y el pezón realizando un seguimiento mensual en la primera semana después de pasada la menstruación, pues es más fácil de examinar”, explica el doctor Perry.

Según la Organización Panamericana de la Salud, en América Latina y el Caribe, el cáncer de mama es el más común entre las mujeres y es el segundo en mortalidad, con más de 462 mil mujeres diagnosticadas y casi 100 mil muertes a causa de esta enfermedad cada año.

Por esto, el organismo advierte que, si las tendencias continúan para el año 2030, se prevé que el número de mujeres diagnosticadas aumente en un 34%, no obstante, un diagnóstico temprano junto con un tratamiento ha resultado en una mayor supervivencia, sin embargo, muchos países de América Latina y el Caribe continúan teniendo un acceso limitado a estas intervenciones.

La Liga Colombiana contra el Cáncer describe los siguiente signos y síntomas de alerta:

● Presencia de masas o bultos en los senos o en las axilas.

● Endurecimiento o hinchazón de una parte de las mamas.

● Enrojecimiento o descamación en el pezón o las mamas.

● Hundimiento del pezón o cambios en su posición.

● Salida de secreción por el pezón, en periodos diferentes a la lactancia.

● Cualquier cambio en el tamaño o forma de las mamas.

● Dolor en cualquier parte de las mamas o axilas.

● Inflamación debajo de la axila o alrededor de la clavícula.

A continuación, conozca el relato de estas mujeres valientes e inspiradoras que nos cuentan cómo fue el proceso y su experiencia en la lucha contra el cáncer de seno.

Juliana Ruiz- Enfermera jefe, 31 años

Foto: cortesía Juliana Ruiz.

En diciembre de 2019, Juliana sintió una masa en su seno mientras se realizaba el autoexamen después de bañarse, jamás pensó que fuese cáncer, sino un quiste, dejó pasar las fiestas de diciembre y en enero se acercó al médico, donde le realizaron una ecografía que salió normal, pero, igualmente ordenaron una biopsia, que señalaba el diagnóstico de cáncer, específicamente, un carcinoma de característica lobulillar infiltrante.

Después de eso le realizaron otras biopsias en los ganglios de la axila y una cirugía que adelantaron el 8 de abril para sacarle el tumor antes de que cerraran las salas quirúrgicas a causa de la pandemia. A partir de ahí, comenzó las quimioterapias que termina aproximadamente en diciembre, sin embargo, en medio de esta terapia se infectó de Covid- 19, pero sin síntomas graves.

No obstante, un examen genético detectó unas anomalías en unos genes con alto riesgo de cáncer de mama, por esta alteración tendrán que hacerle una mastectomía, lo que representa quitarle los dos senos en una cirugía el otro año, para evitar la reaparición del cáncer, seguido por una terapia oral con una duración de 5 años. Asimismo, posterior a este proceso, el doctor determinará si deben realizarle radioterapias o no.

Cuenta que al principio fue una noticia devastadora para ella, cuando le dijeron que tenía cáncer, su primer pensamiento fue “me voy a morir”, pero después las cosas comenzaron a fluir y el cáncer empezó a enseñarle muchas cosas, le demostró la mujer tan fuerte que es y le transformó la vida para bien, a pesar de ser un proceso muy duro y desgastante.

Las quimioterapias para ella fueron muy complicadas, pero ha aprendido mucho sobre ella misma, además de dejar en un segundo plano los cambios físicos, aprendiendo a quererse más desde su interior y su esencia, por esto, para ella el cáncer ha sido un maestro, que la ha unido a su familia, su esposo y su hija.

“La mente y la fe que uno tenga lo puede todo, en mi caso el estado de ánimo me ha servido mucho, he tratado de estar lo más positiva posible y siempre tener en mi cabeza que voy a salir de esta, que el cáncer no me va a ganar. Realícense el autoexamen, debemos cuidarnos, conocer nuestro cuerpo, estar atentos a cualquier cambio, no solamente en los senos, sino estar atento a todas las señales que el cuerpo nos da de que algo malo está pasando,” reflexiona Juliana Ruiz.

Laura Ardila - Programadora y desarrolladora de software, 39 años

Foto: cortesía Laura Ardila.

En diciembre de 2015, con 33 años después de realizarle unas mamografías y biopsias le diagnosticaron cáncer de seno estadio cuatro. Al principio, las EPS se demoraron mucho en programar las citas, pues como ella explica “según la ley las mujeres mayores de 50 años deben realizarse la mamografía, y no debería ser así, si alguien tiene una masa se le debe hacer el procedimiento, porque uno como hace, ¿esperar a cumplir la edad?... no llegamos allá”.

Con el diagnóstico comenzaron a realizarle las quimioterapias, que fueron en total 56, en el Instituto Nacional de Cancerología, sin tener que desplazarse a otros lugares, pues ahí le tomaban los exámenes, aunque tuvieron que parar el tratamiento pues tuvo una reacción alérgica.

El cáncer empezó en el seno, pero hizo metástasis en los pulmones, pues en una revisión encontraron aproximadamente 60 masitas en cada pulmón, complicando un poco más este proceso también hizo metástasis en el cerebro, por esto tuvieron que realizarle 25 radioterapias en el seno, cuatro radiocirugías en el cerebro, además de la mastectomía radical, y una malla en reemplazo de la piel por el musculo que le quitaron para hacer un colgajo.

“En ese momento, a uno ya no le importa el seno, que me quiten lo que sea desde que siga viva con mi familia, dándole amor a mi mama y a mi hija, esa es una ventaja grandísima. El colgajo se empezó a espichar al año y eso se ve estéticamente horrible, pero eso no importa… estoy viva”, relata.

Para ella no todas las cosas son malas, a pesar de la tristeza por recordar todo, una motivación es poder animar a la gente, darse cuenta de que por medio de su Instagram ha llegado a muchas personas que la apoyan y se preocupan por ella, a las cuales les da el mensaje de valentía y ganas de vivir, aunque ha pensado que ya no puede más, por los dolores tan insoportables y el temor en medio de la pandemia.

“Da miedo salir porque uno no sabe quién se hace al lado, prefiero coger un taxi a subirme a un Transmilenio donde las personas van sin tapabocas, ahora se está lidiando con lo del Covid, pero hay tanta gente que lucha todos los días por los dolores del cáncer, tenemos suficiente con esto para sumarle otra enfermedad”, analiza Laura.

Hace un tiempo su oncólogo, le dio una medicina para probarla, esta ya se había comenzado a usar, pero no estaba completamente demostrado que causaran el efecto que buscaban, a pesar de eso, decidió aceptar el tratamiento. Gracias a esta, el cáncer que es agresivo, empezó a frenarlo después de un año y medio de estar tomándolo.

“Yo no me quiero morir, por eso, voy a hacer todo lo posible y si tengo que ir y ser conejillo de indias para que encuentren la cura del cáncer, yo lo hago porque así no sea para curarme a mi totalmente, muchas personas si podrán curarse”, aclara.

Actualmente, no tiene cáncer de seno, las masas en los pulmones se redujeron y el cáncer de cerebro indicaba que no tenía cáncer, pero está esperando unos resultados, pues descubrieron uno nuevo en el cerebro que dificulta su movilidad, memoria y el habla. Asimismo, debe usar oxígeno, inicialmente 24 horas 7 días a la semana, pero ahora intenta usarlo cuando lo necesita o si va a hacer caminatas largas.

“Me gustaría decirles que, primero tengan mucha paciencia porque en algún momento vamos a salir de esto, esto no es para siempre, háganse los exámenes por cualquier dolor que sientan, el cuerpo les avisa que algo está pasando. Apéguense a Dios o al ser que crean, todos tenemos un ser que nos hace apegarnos a este mundo a dejar huella, animó a todas las personas para que no desfallezcan, si yo pude ustedes pueden”, concluye.

Luisa Fernanda Salazar - Directora Corporación Amigo, 32 años

Foto: cortesía Luisa Salazar.

Su diagnóstico de cáncer de mama triple negativo con metástasis en ganglios fue en noviembre del año 2018, después de notar un nódulo en el seno derecho, al principio, los médicos se confundieron y pensaron que era una mastitis, pues en esa época su hijo estaba de meses, por eso decidieron tratarla con antibióticos.

Pero el seno era cada vez más grande, y rojo, hasta que llegó un momento en que el dolor le impedía mover el brazo, por eso fue donde una prima que es cirujana plástica para que la revisara, y le confirmó que era muy raro, por eso al día siguiente fue donde una mastóloga, que le mando hacer una biopsia de inmediato.

A los 8 o 10 días le dieron el resultado que indicaba un carcinoma triple negativo con metástasis en ganglios avanzado en un estadio tres, casi cuatro. En diciembre empezó con 16 quimioterapias, cuatro rojas y doce blancas, 15 radioterapias, una mastectomía radical del seno con vaciamiento de ganglios en julio del 2019 y seis meses de quimioterapia oral.

Al ser un tumor bastante raro por tener unas células muy grandes, es quimio resistente, esto quiere decir que, la quimioterapia, en lugar de acabar las células cancerígenas lo que hace es que las alimenta, por esto, tuvieron que operarla de urgencia, pues el tumor en vez de desvanecerse crece y crece.

El último día de la toma del medicamento vía oral, se suponía que seguía en revisión cada tres meses, pero sintió otro nódulo en la axila izquierda el 15 de diciembre de 2019. “En ese momento pues se me bajo todo porque uno piensa que ya terminó lo malo, fue un proceso demasiado largo, fue de un año entero, donde uno siente dolores y cambias físicamente muchísimo, para tener que empezar nuevamente”.

En enero le hicieron una biopsia, y a principios de febrero le dieron el resultado que indicaba una metástasis en la axila izquierda, en ese momento, tuvo que empezar de nuevo el tratamiento, con quimios intravenosas y otros medicamentos más fuertes para cánceres agresivos metástasicos y quimio resistentes.

“El 31 de agosto me hicieron una operación de vaciamiento de ganglios de nuevo, ese vaciamiento fue como un raspado porque estaba muy comprometida, me sacaron 52 ganglios de los cuales 49 estaban comprometidos, igualmente, salió en la patología que no hubo ninguna respuesta al medicamento”, comenta.

En este momento está esperando iniciar radioterapia y un escáner para saber si hay metástasis en otro lado del cuerpo y empezar y si no le toca esperar revisión cada tres meses, porque no hay nada más que hacer, no hay medicamentos para ella.

La etapa más complicada de todo lo que ha pasado es sentir la muerte tan cerca, sentir tanto dolor eso la angustió, aparte del cambio físico por la pérdida del pelo cuando se es mujer, es hacer visible lo que no se quiere que sea visible, como estar calvo, sin cejas, ni pestañas, aparte de eso se pone como de un color verdoso, ojeroso y todos los medicamentos que le han puesto la han engordado 20 kilos.

“No ha sido nada fácil aceptar ese cambio físico, me ha dado alergia en la cara y me he brotado muchísimo, he tenido momentos en que la quimioterapia oral me quemó mucho las manos y los pies, eran negras llenas de llagas, me sangraban, esos cambios físicos y los dolores son duros, pero Dios, la actitud y la fe lo levantan a uno todos los días”, expresa.

Su mensaje es cuidarse, estar atentos frente a todos los cambios que se presentan, conocerse cien por ciento, “hacerse el autoexamen no va a impedir que te de, pero si vas a tener un diagnóstico temprano, para alargar la vida mucho más tiempo. Si eres diagnosticada de cáncer no pienses que te vas a morir, la vida se vuelve como un pasaje, agradece por cada noche, por cada día que amanecemos vivos, recuerda que somos un milagro de vida”, concluye.

Juliana Morales - Emprendedora

Foto: Esteban Rodríguez / cortesía Juliana Morales.

En junio del 2017, sintió una masa con el autoexamen y la biopsia salió benigna, no hubo ningún problema, año y medio después empezó a molestar y en la ecografía se prendieron las alarmas, el 25 de febrero la operaron, pues el médico consideró que era mejor sacar la masa estaba bien y que no tenía ningún cáncer asociado, el 14 de abril de 2019 la llamó el médico para informarle que tenía cáncer, diagnosticaron un carcinoma ductal infiltrante hormonal positivo, her2 negativo.

Le hicieron exámenes de todo para ver si no tenía metástasis y no tenía en ninguna parte del cuerpo, sacaron una pequeña parte del tejido mamario, junto con los ganglios y salieron contaminados, hicieron una tercera cirugía para sacar toda el tejido mamario y hacer la mastectomía completa y el vaciamiento de ganglios, porque ya se había traslado el cáncer para debajo del brazo. En julio de 2019 le hacen quimioterapia por seis meses, pierde el pelo, las cejas, las pestañas, sufre de muchos mareos, malestar y mucho dolor, es un proceso complicado. Fueron cuatro cirugías y faltan otras cuatro para reconstrucción.

Como tiene un cáncer hormonal tienen que hacerle un tratamiento por cinco años, para bloquear las hormonas y el cáncer no tenga como alimentarse, tomando una pastilla diaria; en este momento está libre de cáncer, no tiene tumores, pero como es una enfermedad que regresa, le toca seguir en chequeos médicos.

Para Juliana Morales, lo más duro es hacer el duelo de perder una parte del cuerpo, el pelo, la vitalidad, pero cuando se acepta simplemente es sentir que se está viva, lo más positivo que le dejó el proceso, fue aprender a vivir, ligero de equipaje. La frase que la motiva es “la vida no se trata de ganar, se trata de fluir con ella, no se trata de cuántas veces nos caemos sino cuantas veces fuimos capaces de ser valientes y seguir adelante,” expresa.

Su proceso ha sido como una fuente de inspiración para muchas personas que han sido diagnosticadas, porque tiene una cuenta de Instagram, donde narra que nunca vio el proceso como algo dramático, sino que lo llevó paso a paso, por otro lado, creó una tienda online para prevención de cáncer y para calidad de vida de los pacientes oncológicos, donde “se puede encontrar todo con mucha pureza, mucho amor y con la tranquilidad de lo que puedes conseguir ahí no te va a perjudicar”.

“Como trabajo con temas de bienestar, siempre he tratado de manifestar mis mensajes positivos, de buena energía, me dije tengo unas herramientas y vamos a ver cómo funciona y tengo una experiencia en mi propia piel y eso lo transmití sin expectativa alguna y se fue corriendo la voz y se fue creciendo esa cuenta y es como un referente del cáncer de seno. Ahora estamos en una campaña que se llama pandemia rosa, que es un contenido digital, la hice con un tema de sensibilización del cáncer de seno, no son temas técnicos ni estadísticos, sino es sobre la experiencia del proceso”, expone.

ETIQUETAS