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Las discrepancias sobre los métodos de erradicación de cultivos de uso ilícito

Gobierno busca eliminar siembras de forma manual y con glifosato, mientras indígenas piden otras soluciones.

Pese a la leve disminución de las siembras de coca reportada por Estados Unidos, Colombia sigue siendo el productor del 70 por ciento de la cocaína que se consume en el mundo, según la ONU. De las 80 mil hectáreas de cultivos de uso ilícito que deben ser erradicadas este año a través de método manual, solo van 45 mil, en cifras de la Policía Antinarcóticos. Asimismo, los drones y orugas adquiridos por el gobierno anterior por 32 mil millones de pesos no están en funcionamiento.

De los métodos de fumigación financiados por la administración de Juan Manuel Santos, solo se han comprado 10 drones para pruebas piloto, por un valor de 77 millones de pesos. Y solo se adquirió un vehículo táctico de aspersión tipo tractor de oruga para experimentar, por 70 millones de pesos más; de acuerdo con cifras del Ministerio de Defensa.

Los recursos para el resto de equipos no fueron avalados por el gobierno actual para uso en erradicación de estos cultivos. Así lo aseguró el coronel Samuel Darío Bernal, subdirector de la Policía Antinarcóticos.

“En las prueba no hay un dron que tenga la capacidad para sacar una buena cantidad de líquido y que logre afectar matas de coca. En el mercado la oferta de drones no cumple tampoco con la potencia que se requiere. (...) Las orugas no cubren las necesidades del terreno, que presentan inclinaciones, muchas quebradas, selva sin carreteras, no hay terrenos planos para que se movilicen”, explicó.

Foto Carolina Bustamante

Por ello, la opción que queda es la erradicación manual que se apoya de 2 mil 700 hombres de la Policía y mil del Ejército. Más los llamados ‘Grupos Móviles de Erradicación’, que son campesinos contratados y que suman 100 grupos de 21 ciudadanos cada uno, quienes a punta de guadaña arrancan matas manualmente, o con aspersores de espalda. Sin embargo, la meta del año no se ha cumplido.

Nariño sigue siendo el departamento con mayor número de hectáreas de cultivos de uso ilícito con 45 mil; seguido de Putumayo, con 29 mil; y Norte de Santander, con 28 mil. En Colombia hay un total de 171 mil 495 hectáreas sembradas con estos productos, reporta El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI).

“La protesta social, los campos minados y los territorios protegidos por indígenas, donde se está cultivando para la ilegalidad” son los principales problemas que enfrentan las autoridades para la erradicación, según manifestó el coronel Bernal.

“Las compañías están expuestas a ataques constantes de campesinos que se niegan a la erradicación forzada de sus cultivos. Adicionalmente, nos toca acudir a caninos que nos ayuden en la detección de minas antipersonales y explosivos que colocan en estos terrenos, para evitar el trabajo de erradicar, y que deja al momento un policía muerto y ocho heridos”, afirmó el oficial.

El tercer problema -alega- se presenta en los resguardos indígenas donde, según reportan los mismos cabildos, Grupos Armados Ilegales ingresan al territorio y les obligan a sembrar cultivos con fines narcotraficantes. Además de que son lugares que “al ser una zona de manejo especial, la Fuerza Pública tiene prohibido y restringido el ingreso hasta no realizar una consulta previa con las comunidades”.

“Pero al realizarlas, en muchas ocasiones, el uso de armas genera que los mismos indígenas nieguen nuestro ingreso”, expresó el coronel Bernal. Por su parte, las comunidades indígenas tienen otra versión de la situación y, por tanto, una posición contraria a las de las autoridades respecto a los cultivos de matas como la coca.

La otra cara del cultivo de coca

Fabiola Piñacué es indígena Nasa, emprendedora y creadora de la marca ‘Coca Nasa’, de productos medicinales y de consumo a base de hoja de coca. A su juicio, la prohibición de la siembra de esta mata será un inmanejable problema a largo plazo.

“Todo el mundo sabe que la prohibición es una ganancia para unos, si se sigue prohibiendo, los únicos que se van a seguir tapando de plata son los banqueros. Legalizar la siembra genera otras condiciones, nos ha faltado creatividad e iniciativas para poder resolver el problema”, expresó.

La indígena Nasa Fabiola Piñacué. Foto Coca Nasa.

Para ella, el problema de la erradicación se basa en que la solución no es la eliminación total de la mata de coca, sino encontrar en ella un uso productivo. Y para ello pone de ejemplo su propio emprendimiento.

“Lo que hemos hecho es transformar la hoja de coca y ponerla en el mercado como una manera de defensa. Tenemos más de 14 productos entre cosméticos, ungüentos y comestibles, porque además estamos convencidos y tenemos el poder para convencer a las personas de que la hoja de coca es alimento y medicina”, explicó Piñacué.

Otros líderes indígenas también aseguran que de nada sirve la erradicación forzada en medio de presuntas acciones delictivas de la Fuerza Pública.

David Curtidor, indígena caucano, responsabiliza a las Fuerzas Armadas del aumento de la producción y distribución de coca, pues afirma haber sido testigo de alianzas narcotraficantes con las autoridades y lamenta que mientras unos erradican otros están “ensuciando” ese trabajo.

Foto Coca Nasa.

“La Fuerza Pública protege al narcotráfico porque viven de esas rentas. Militares que trabajan en zonas de siembra permiten, por pagos, la salida de toneladas de droga. Saben de amenazas a través de panfletos a la comunidad y no pasa nada”, advirtió Curtidor.

La meta

El Gobierno de Iván Duque le apuesta a erradicar 80 mil hectáreas de cultivos de uso ilícito este año, también al regreso de fumigación aérea con glifosato para acelerar esa erradicación y evitar el peligro que corren miembros de la Fuerza Pública y civiles en áreas de trabajo manual, pese a las críticas de varios sectores políticos sobre la medida y de las advertencias sobre riesgos a la salud de la ONU y otras entidades internacionales.

Por ello, para lograr este cometido se deben cumplir seis exigencias que contempló la Corte Constitucional, donde hace especial referencia a “no generar daños a la salud humana, al medio ambiente y tener en cuenta grupos étnicos, a través de consultas previas, para dicha fumigación”.

Foto Policía Antinarcóticos.

“No se tendrá en cuenta la molécula del glufosinato (una opción estudiada meses atrás para reemplazar el glifosato). Se espera que el Consejo Nacional de Estupefacientes apruebe el uso del herbicida, siempre utilizado, pues ya hemos pasado una propuesta que estaría enmarcada en las seis exigencias de la Corte Constitucional, para permitir el regreso de este método de erradicación”, sostuvo desde Reino Unido el ministro de Defensa, Guillermo Botero.

Escuche aquí el informe radial sobre las diferentes postura en torno a los métodos de erradicación de cultivos de uso ilícito:

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