El pasado 10 de diciembre se aprobó, tras cuatro debates en la plenaria del Senado de la República, la denominada ‘ley contra el ruido’, la cual pretende controlar los niveles de ruido en el país y multar a quienes excedan los 90 decibeles con pagos de 15 a 20 millones de pesos.
Daniel Carvalho, representante a Cámara por Antioquia y uno de los impulsores de la propuesta, expresó su alegría por la aprobación de este proyecto, “la ley del ruido es una realidad, después de dos años de trabajo y gracias al liderazgo de Camilo Quintero y del apoyo de todos ustedes a través de las redes y sus aportes, hoy logramos tener esta ley. Sigue lo más difícil que es poder implementarla; vamos a hacer pedagogía, vamos a estar en las calles dándole a los ciudadanos y las autoridades las herramientas y el conocimiento para que esta ley sea una realidad”.
Lee también
¿La ley del ruido afectará las fiestas en Colombia?
El representante Carvalho fue muy enfático en decir que no se verá perjudicada la fiesta en el país, “estoy convencido de que podemos tener fiesta, podemos tener carnaval, pero también podemos tener espacios de descanso. Eso es perfectamente compatible”.
También, aclaró que la ley está enfocada en que una persona no arruine la paz de todo un barrio, “no hay ningún problema si una vecindad quiere hacer una fiesta. El problema es que un solo vecino saque un parlante y dañe la calma de todo un barrio; es muy diferente una fiesta colectiva, concertada, de una comunidad, a dos personas en una esquina con un parlante sin dejar dormir a la gente”.
¿La ley del ruido aplicará por igual en todo el país?
No, el proyecto dice que los municipios con más de 100.000 habitantes tendrán que hacer su propio diagnóstico y plan de gestión contra el ruido en un tiempo estipulado de 18 meses.
El ruido, un problema a gran escala
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, en la Región de las Américas, alrededor de 217 millones de personas viven con pérdida auditiva, es decir, el 21,52% de la población y se proyecta que, en el año 2050, esta cifra se elevará a 322 millones de personas afectadas.