Si hay algo que nos puede representar es la cumbia. Este ritmo lleno de magia y sabor, que carga con historia y que está conectado con la cadera de cada persona que se toma el tiempo de disfrutarlo.
Desde el lanzamiento de Señal Cumbia, nuestros oyentes han podido disfrutar de la cumbia en todas sus formas y sabores. El pasado viernes, Frikstailers y Sonido Gallo Negro tuvieron una presentación en el Teatro Colón que lleno de cumbia y baile a sus asistentes. Lleno de color y ritmo, se hizo una muestra de la llamada "cumbia electrónica" qué, para principiantes en la cumbia como yo, fue cautivador y curioso.
Rafa Cavaino y Lisandro Sona, este duo llamado Frikstailers, que experimentan con los diversos ritmos de América Latina, dando un toque psicodélico a sus creaciones.
Foto: sitio web Frikstailers.com
Tuve una charla con ellos, para entender más la historia de esta cumbia digital, su historia y sus alcances. Ellos, con todo el gusto y el cariño me contaron lo siguiente:
¿Cómo surge aquello de la "cumbia digital"?
Hace unos diez, doce años, un montón de productores que estaban haciendo música electrónica, más del tipo europea, se dieron cuenta que los espacios de exploración ya estaban cubiertos y no parecía haber mucho para investigar. Lo más importante cuando uno es productor es tener espacio para investigar y explorar. Nos pasó que empezamos a encontrar en la música latinoaméricana y la música negra africana sonidos que son muy interesantes para trabajar dentro de la música electrónica, un terreno que estaba poco explorado y nos daba una increíble cantidad de ritmos para experimentar. Pero antes de todo eso, podemos decir que pudo comenzar con una serie de fiestas/festivales en Buenos Aires, los "festicumex" que convocaba Dick El Demasiado, un artista musical holandés que trabaja con cosas muy ruidosas y que es el primero en probar esas combinaciones.
Luego llegaron las fiestas "Zizecs". Esos eran (algunos aún son) espacios en los que cada artista iba y probaba cómo sonaba y lo que había hecho en meses de exploración. Ese era un material que sólo se podía escuchar ahí, no había otra forma de disponer de ello. Tres años después hicieron ZZK Récords, para difundir lo que los artistas estaban haciendo.
Foto: Facebook Frikstailers
¿Qué los influencia a la hora de componer?
Nuestras fuentes musicales cambian todo el tiempo. A nosotros nos gustaba mucho la música electrónica alemana, francesa e inglesa. Pero a esto le mezclábamos lo que nos gustaba en nuestra adolescencia, lo que escuchábamos cuando íbamos a bailar la primera vez en nuestra vida. La cumbia de los noventa argentina, la de los 2000, la cumbia villera. Esa cumbia que era como nuestro hip hop de protesta argentino (risas). También le puedes sumar el reggae jamaiquino, la samba.
De hecho acabamos de remixar nuestra primera champeta. Para nosotros la champeta es fuego puro. Es muy interesante, cada vez que se nos aparece un nuevo género o un sonido que simplemente no conocíamos. Experimentar y ver cómo le podemos dar nuestro toque.
¿Y qué tal la música colombiana a la hora de trabajar?
La música colombiana es riquísima, es de la más ricas de Surámerica. Junto a la brasileña creemos son las dos fuentes más grandes que hay de riqueza folclórica y musical. Colombia tiene cosas muy distintas con el resto. Por ejemplo, el Pacífico es una locura en sonido, en material musical.
Foto: Facebook Frikstailers
¿Cómo va la escena de la cumbia digital en la región?
Sentimos que hay un pequeño quiebre hacia lo andino, hacia el folclor, hacia el sonido de la montaña. Una exploración de los sonidos más ancestrales, entendiendo todo lo que se hizo y que ha trascendido en nuestra historia como latinos. Vemos que la cumbia argentina o peruana, no es tan antigua como la colombiana. Hay muchos productores que ahora buscan cumbia más antigua, que las personas ingresen en esos rituales sonoros a través de la exploración y las nuevas propuestas. Cada país tuvo su propia evolución de la cumbia. Algunos la abandonaron y dejaron llegar al reggaetón.
Cada país tiene una forma de apropiarse de la cumbia y genera un público muy diverso. En México pasa algo muy bonito. A ellos es como si no les pasara el tiempo. Todo lo que pasaba antes sigue pasando, va sumando capas pero no desaparece. Y siempre hay un público que busca todo lo que se produce.
Finalmente, antes de retirarse para su concierto, nos invitan a que sigamos explorando estos ritmos y escuchemos más cumbia todos los días.