Una aventura llena de colores en Caño Cristales
Una avioneta para tres o cinco personas o un avión DC-3, de esos que surcan los cielos del mundo desde 1938, vuela desde Villavicencio hasta el municipio de La Macarena en unos 45 minutos. También hay unos pocos vuelos desde Bogotá y, pronto, los habrá desde Medellín.
Al aproximarnos a esta población del sur del departamento del Meta, ya desde el aire podemos visualizar los colores verdes en diferentes tonalidades de la abundante naturaleza que la rodea, colores que se desprenden especialmente del Parque Nacional de La Macarena.
Un calor abrazador nos envuelve y nos invita a llegar pronto a las corrientes de agua del municipio, pero hay que tener un poco de paciencia pues, primero, es importante asistir a una charla medioambiental que ofrecen en la oficina de Cormacarena.
Luego, en compañía de guías de la población, nos adentramos a esa maravilla natural conocida como Caño Cristales, al que algunos llaman ‘el río de los 5 colores’, otros ‘el río de los dioses’ y otros más ‘el río más lindo del mundo’, todos nombres muy bien merecidos.
El puerto Inderena - así llaman al muelle de La Macarena - es el punto de partida hacia ese paraíso que tenemos los colombianos en el Meta. Desde allí bajamos, en canoa o en lancha, por el río Guayabero hacia el puerto Los Mangos, en un recorrido de unos 10 minutos donde es posible encontrarse con tortugas terecay que reciben el sol en ramas caídas o en pequeñas playas que se forman a orillas del caudal.
Una vez en tierra, en campero o camioneta se recorren varios kilómetros de la trocha ganadera hasta caño Cafuche, lugar donde comienza la caminata por senderos naturales, siempre acompañados con los cantos de algunas de las casi 450 especies de aves que habitan la región.
Poco a poco - y con mucha ansiedad - nos acercamos a la meta, ese caño tapizado de colores, especialmente de rojo y verde, de la macarenia clavijera, planta acuática endémica de esta zona que también pinta las aguas de colores blanco, amarillo y negro en diferentes tonalidades, que se suman al reflejo azul del cielo, lo que hace que, con suerte, se noten muchos más colores que los cinco que le endilgan.
Son varios kilómetros, en medio de cascadas, piscinas y corrientes, en los que los visitantes se pueden extasiar con la perfección de la naturaleza, especialmente entre julio y diciembre, que es la temporada de maduración de esta planta acuática.
Pero el paraíso es mucho más que el Caño. La Macarena es un destino para observación de aves y primates, para reconocer culturas antiguas por medio de los petroglifos, para deleitarse gastronómicamente con sus pescados y carnes, para descansar.
Algunas recomendaciones:
Para visitar este paraíso debe contar con el permiso de Parques Nacionales.
No use repelente ni bloqueador si visita el caño, pues los químicos de estos productos pueden deteriorar la vegetación del lugar, especialmente la de la macarenia clavidera.
No arroje basura y recoja la que encuentre en el camino.
Lleve ropa ligera y zapatos con suela de buen agarre.
No saque material vegetal ni animales de la zona.
No consuma licor ni haga escándalo.
Más información con guías de la zona a los teléfonos 3208567571 – 3213042979.
Por Diego Alfonso
Productor de El Atardecer