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Cenelia Alcázar: la voz del bolero en Colombia

Esta mujer afrocolombiana, nacida en 1935 en Cartagena, ha interpretado canciones populares de compositores famosos como Lucho Bermúdez, Pacho Galán y Daniel Lemaitre.
Vicente Silva Vargas. Director de Radio Nacional de Colombia

Cenelia Alcázar acaba de cumplir 87 años y sigue cantando con la misma calidad de hace más de medio siglo, cuando debutó en el famoso concurso radial La Orquídea de Plata Phillips que se transmitía en la cadena Caracol.

Su carrera artística empezó siendo niña, cuando cantaba con su hermana Bertha en las iglesias de Cartagena. San Pedro, la Catedral, santo Toribio y santo Domingo fueron algunos de los ‘escenarios’ en los que interpretaban cánticos religiosos que eran acompañados por el armonio del cantor de las parroquias.

Al mismo tiempo, en reuniones familiares, interpretaban canciones populares de compositores famosos como Lucho Bermúdez, Pacho Galán y Daniel Lemaitre, el humanista y empresario cartagenero que compuso temas memorables como Sebastián rómpete el cuero y Pepe, un porro delicioso que hace parte de los clásicos de la música colombiana.

Hacia 1968 representó al departamento de Bolívar en la Orquídea de Plata y llegó hasta la final den Bogotá en donde uno de los arreglistas por poco frustra su carrera al decirle que “ya había una Matilde Díaz famosa y no se necesitaban más”. Y todo porque había interpretado el porro Carmen de Bolívar, con un tono parecido al de la estrella de la Orquesta de Lucho Bermúdez y esposa del famoso compositor.


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“En ese momento, confesó Cenelia Alcázar a Radio Nacional de Colombia, mi hermana Bertha me dijo que buscara lo mío, definiera mi estilo y sacara a relucir mi voz. Fue entonces, gracias a ese regaño del productor, que me encontré con la canción romántica y hallé el camino para llegar al bolero hasta el día de hoy”.

Definido su estilo y su nuevo rumbo, esta mujer afrocolombiana, nacida en 1935, empezó a cantar en lugares prestigiosos de Cartagena como el Club de Pesca y el Club Cartagena. Acompañada por un grupo musical con el que también viajaba a pequeños pueblos y ciudades del Caribe colombiano a amenizar fiestas populares, Cenelia fue labrando su nombre, especialmente como intérprete de boleros puertorriqueños, mexicanos y cubanos, entre ellos, Piel canela (Bobby Capó), Bésame mucho (Consuelo Velásquez), Solamente una vez (Agustín Lara), Perfidia (Alberto Domínguez), Sabor a mí (Álvaro Carrillo), La gloria eres tú (José Antonio Méndez) y Dos gardenias (Isolina Carrillo).

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La Quemada y Sofronín

Cenelia Alcázar nunca quiso vivir en otro lugar que no fuera su Cartagena de Indias. Pese a las atractivas propuestas para que se radicara en Bogotá o Medellín en donde tendría posibilidades de convertirse en una cantante famosa, de talla internacional, ella prefirió su vida junto al mar, cantando con el grupo artístico del que hizo parte su esposo, el músico salvadoreño Óscar Díaz. Allí en su Cartagena era conocida y respetada como artista y ser humano “ya que nunca fui discriminada ni marginada por ser negra, sino todo lo contrario, acogida por gente de todas las condiciones”.

El nombre de esta artista a quien se le conoce como La dama de la canción Caribe, La dama del bolero y La voz de Cartagena está ligado al de otro personaje entrañable de la ciudad: Sofronín Martínez, cantante, guitarrista y arreglista con quien formó durante más de veinte años un dueto en el que él se destacaba en la guitarra y ella en la interpretación de boleros y otros ritmos como cumbias, porros, valses y baladas. Ambos actuaban en el legendario bar y restaurante La Quemada, en el centro histórico de Cartagena. Allí eran aclamados por el público cartagenero y por una gran cantidad de turistas del interior que reservaban con anticipación su ingreso al lugar para poder disfrutar de dos de los más eximios intérpretes del bolero ‘filin’.

Cenelia, que en 2014 recibió el título de maestra honoris causa de la música por parte de la Institución Universitaria Bellas Artes y Ciencias de Bolívar, dice que seguirá cantando “con las mismas ganas de siempre y hasta que Dios disponga”. Afirma que se mantendrá firme en su pasión por el bolero, la música del Caribe, pero que nunca se prestará para hacer fusiones con otros géneros respetables como la champeta y el reguetón. Por eso, en compañía del compositor y productor cartagenera Boris García ya está preparando una producción que incluye la grabación de un disco, varios videos y la publicación de un libro sobre su vida y trayectoria artística.

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