Violencia contra las mujeres sigue en aumento en Bogotá en el marco del 25N
Cada 25 de noviembre el mundo conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1999 para visibilizar y denunciar todas las formas de violencia que enfrentan las mujeres. La jornada recuerda también el legado de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), asesinadas en 1960 en República Dominicana por su activismo político.
A nivel global, la violencia de género continúa siendo una de las violaciones de derechos humanos más extendidas. Casi una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida, y en 2023 más de 51.100 mujeres fueron asesinadas por parejas o familiares, lo que equivale a una mujer cada 10 minutos. A esto se suman las violencias digitales —acoso, suplantación y agresiones tecnológicas— que crecen cada año.
Lee también
- Cinco tipos de violencia que más acosan a las mujeres
- Cifras impactantes de CEPAL: casi 4.000 feminicidios en América Latina en 2024
En Colombia, el 25N es un llamado urgente a fortalecer las políticas de prevención, atención y reparación. El Instituto Nacional de Medicina Legal insiste en que no se trata solo de una fecha simbólica: más de 4,9 millones de mujeres están registradas como víctimas en el marco del conflicto armado, lo que representa el 50,21 % del Registro Único de Víctimas.
En Bogotá, la situación también genera alerta. Entre enero y junio de 2025 se reportaron más de 17.000 casos de violencia intrafamiliar contra mujeres, un incremento del 28 % frente al mismo periodo de 2024. Según el Concejo Distrital, esto significa que cuatro mujeres por hora denuncian agresiones dentro de su hogar. Entre enero y septiembre de este año se registraron 38.214 casos, y el 71,9 % de las víctimas fueron mujeres.
El Observatorio de Salud de Bogotá añade que solo en el primer semestre de 2025 se notificaron 23.865 presuntas víctimas de violencia intrafamiliar y de género, de las cuales el 67,5 % son mujeres. En muchos casos, estas agresiones afectan especialmente a mujeres que realizan trabajo doméstico no remunerado, lo que se relaciona con dinámicas de dependencia económica. Por eso, la Secretaría
Distrital de la Mujer impulsa la autonomía económica como un pilar para romper los ciclos de violencia.
Pero además de lo económico, la dimensión emocional también juega un papel determinante. La psicóloga Angélica Bernal, magíster en Bioética de la Universidad Javeriana, asegura que uno de los elementos centrales para prevenir estas violencias es identificar y superar la dependencia afectiva, un vínculo que puede mantener a las mujeres atrapadas en relaciones dañinas.
En este sentido, Bernal destaca la importancia de fortalecer las estrategias pedagógicas e interinstitucionales desde los territorios, para que las mujeres encuentren acompañamiento continuo y herramientas para construir relaciones más sanas.
Este 25N, la reflexión no solo apunta a denunciar la violencia, sino a transformar las raíces sociales, económicas y emocionales que la sostienen. El objetivo es avanzar hacia una ciudad donde todas las mujeres puedan vivir libres, seguras y sin miedo.