El otro lado del Black Friday: organizaciones impulsan el Día de No Comprar Nada
Mientras millones de personas alrededor del mundo aprovechan hoy las ofertas del tradicional y mundialmente conocido "Black Friday" o "viernes negro", en varios países también se conmemora el Día de No Comprar Nada (Buy Nothing Day), una jornada que invita a detener el consumo durante 24 horas para reflexionar sobre el impacto ambiental, social y psicológico del consumismo.
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¿Por qué surgió el día de no comprar nada?
Este movimiento nació en 1992 de la mano de Adbusters, una organización canadiense enfocada en el activismo cultural, como respuesta al aumento de las compras impulsadas por la publicidad y la cultura del “comprar por comprar”. Con el tiempo, la iniciativa se ha extendido a más de 60 países de América, Europa y Oceanía.
El objetivo es simple pero contundente: no adquirir ningún producto durante un día completo, cuestionando la idea de que la felicidad y el bienestar dependen del consumo permanente. Para sus promotores, esta pausa permite visibilizar problemas como la contaminación generada por la producción masiva, las condiciones laborales en la industria global y la presión psicológica que ejercen las campañas publicitarias.
Además de la invitación a no consumir, en distintas ciudades se realizan actividades simbólicas como: “caminatas zombie” en centros comerciales, talleres de consumo responsable, plantones y campañas digitales que promueven alternativas más sostenibles como: reutilizar, reparar, intercambiar o prescindir.
Aunque no tiene la fuerza mediática del Black Friday, el Día de No Comprar Nada se posiciona cada vez más como un recordatorio del poder que tienen las decisiones individuales a la hora de frenar el consumo excesivo y favorecer hábitos más conscientes.