Resguardo indígena del Gran Cumbal recibe certificación del Invima para fabricar productos cosméticos
Por primera vez en Colombia, una organización perteneciente a un resguardo indígena obtiene certificación del Invima para la producción de cosméticos. Se trata de la Asociación Agroecológica Sinchimaki, integrada por miembros del resguardo indígena del Gran Cumbal, en Nariño, quienes culminaron un proceso técnico y comunitario que se extendió durante un año.
Sinchimaki —cuyo nombre en quechua significa manos sabedoras y protectoras de las plantas— está conformada por seis mujeres y cinco hombres del pueblo indígena de Los Pastos. Ellos elaboran jabones, aceites, bálsamos y shampoo a partir de plantas nativas y conocimientos transmitidos por mamas y taitas. Para lograr la certificación cumplieron los 162 requisitos que establece la normativa andina para este tipo de productos, un camino que recorrieron con el apoyo de la Fundación Impulso Verde Kuaspue.
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Los funcionarios del Invima verificaron que las instalaciones de la asociación cumplen con las condiciones técnicas exigidas para separar las áreas productivas de las de almacenamiento, un paso clave para reducir riesgos de contaminación cruzada y garantizar calidad y seguridad en cada lote de cosméticos.
Durante la entrega de la certificación, el director del Invima, Francisco Rossi, destacó el alcance del proceso: “Hoy marcamos un hito histórico al entregarle esta certificación a la primera asociación perteneciente a un resguardo indígena en el país. Esto demuestra la construcción colectiva y un esfuerzo para que la regulación no sea un obstáculo, sino un apoyo para la economía popular”.
Desde la asociación, el presidente Giraldo Albeiro Aza resaltó que este logro combina ciencia, tradición y un profundo respeto por la madre tierra: “Este paso nos permite entregar productos cosméticos seguros y eficaces, sin perder las propiedades ancestrales que nos han legado nuestros sabedores. Es un equilibrio que fortalece nuestra identidad y el compromiso con el territorio”.
El proceso también genera impacto económico local. El alcalde de Cumbal, Andrés Tapie, afirmó que la certificación se convierte en una oportunidad para mejorar los ingresos de las familias del resguardo y proyectar los productos de Sinchimaki a nivel nacional.
Con este reconocimiento, la comunidad del Gran Cumbal avanza en la consolidación de una iniciativa que une conocimientos tradicionales, aprovechamiento sostenible de las plantas y herramientas técnicas contemporáneas. Un logro que abre puertas para que más comunidades indígenas del país fortalezcan sus economías propias a partir del cuidado y sabiduría de sus territorios.